El cáncer puede afectar a los gatos al igual que afecta a las personas. Los veterinarios no saben con exactitud si afecta más a los gatos que a los perros o al revés. La razón de su confusión viene porque los animales, en especial el gato, no suelen quejarse de dolor hasta que el daño ya es grave. Aunque el cáncer puede atacar a gatos de cualquier edad, es más habitual que se de en felinos senior. Los jóvenes suelen tener menos riesgo.
Tipos de cáncer
Existen una serie de tumores que son los que más afectan a nuestra mascota peluda.
Linfoma: Es el tipo más común y afecta a ⅓ de la población felina. Está asociado al virus de la leucemia felina. Esta variedad de cáncer se encuentra en los nódulos linfáticos y como la sangre recorre todo el cuerpo es más fácil que se extienda.
Cáncer de piel: Normalmente es causado por los rayos del sol y afecta sobre todo, a aquellos gatos que han pasado mucho tiempo en el exterior. Son más propensos los gatos de avanzada edad, los gatos de pelo blanco y los gatos sin pelo.
Cáncer de boca: Es causado por el carcinoma de células escamosas. Se parece a una úlcera que no sana nunca y aparece en las encías o lengua impidiendo que el animal se alimente con normalidad.
Causas del cáncer
Igual que en medicina humana, la mayoría de veces no se llega a saber por qué se produce este tipo de enfermedad. Se cree que el cáncer es más una cuestión genética que por causas externas, aunque puede desarrollarse también por circunstancias específicas del medio donde vive el gato. Se han hecho estudios, donde se detalla que ciertos hábitos de la vida normal del gato puede ayudar a desarrollar la enfermedad, como por ejemplo, que los dueños fumen puede llegar a ser dañino para las mascotas.
Síntomas
Como ya hemos mencionado antes, el gato no se quejará de una zona específica de su cuerpo, ya que solo padecerá dolor intenso cuando ya esté avanzada la enfermedad, sin embargo si se nota como su carácter va cambiando, pasando de ser un gato activo a más tranquilo.
Al ser una enfermedad que se desarrolla lentamente al principio los síntomas pueden ser los de una dolencia común, como son el poco apetito, la debilidad, pérdida de peso. En otros casos puede haber síntomas mucho más visibles como la aparición de bultos en la piel, que alguna zona de su cuerpo se hinche más de lo normal, sangrado sin motivo aparente... En el momento que empieces a notar alguna de estas señales, en preferible ir al veterinario para diagnosticarlo lo antes posible. Con una visita al veterinario a tiempo este tipo de enfermedades se puede tratar y permitir que la vida nuestro gato siga siendo lo mejor posible.
Imágenes/Flickr: Kristine A.2012, Tony Cyphert, pinkhippodesign.