Esta raza de gato es relativamente nueva, ya que hasta 1994 no fue reconocida por la Federación Internacional Felina como tal. Se trata de una mezcla entre Burmés y Persa chinchilla, que fue concebido fortuitamente en Reino Unido. El gato Burmilla se le suele denominar gato plateado.
Es un gato mediano el gato Burmilla de apariencia compacta. El gato Burmilla entre sus características más particulares son sus grandes ojos verdes enmarcados en negro y una marca en la frente en forma de “M”. Tiene músculos firmes y un lomo recto y nivelado. La cola acaba en punta redondeada y la cabeza es chata y triangular. Su pelo es corto, muy brillante y con una base de color plateado, aunque en ocasiones puede ser blanco. Hay partes de su cuerpo como la cara, la espalda, el vientre y la cola que suelen ser de un tono más oscuro que el resto del pelaje.
Tiene un temperamento afable, dócil y tranquilo. Es muy afectuoso y juguetón, ideal para la convivencia con niños y otros animales. Les encanta la vida hogareña, aunque de vez en cuando se escapan a explorar el exterior. Suele ser muy persuasivo, cuando quiere algo llamará nuestra atención con maullidos incesantes hasta que le hagamos el caso que él precisa. Como dato curioso, el Burmilla necesitará un buen rascador. Es cierto que todos los gatos precisas de él para sus uñas, pero en este caso va más allá, porque esta raza lo utiliza como un juego, al que se puede pasar horas y horas jugando.
Con respecto a sus cuidados, no es un gato demasiado meticuloso, por lo que bastaría con cepillar su pelaje de vez en cuando para eliminar el pelo muerto. Tampoco tiene afecciones características en esta raza. Es un gato bastante saludable, que no da ningún tipo de problema.
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