El Tumor Venéreo Transmisible (TVT) es un sarcoma infeccioso que deriva en cáncer. Esta patología es altamente infecciosa entre los canes, ya que puede contagiarse vía sexual, olfativa y a través del lamido. Cualquier comportamiento anómalo por parte de tu mascota debe ser comunicado al veterinario. Si resulta contagiada, el especialista te aconsejará cómo llevar esta dolencia de la mejor forma posible. Además, medicará a tu can inmediatamente para que la enfermedad no se desarrolle. Cuanto antes se localice el tumor, más fácil será el tratamiento, y más rápida será la recuperación.
Tú conoces a tu perro mejor que nadie. De la observación se puede deducir que algo no marcha como es debido. El catálogo de indicios que alertan sobre la presencia de este linfosarcoma transmisible es descrito por la veterinaria Inmaculada Morales: "si hablamos de tumor de Sticker (otra de las acepciones de esta enfermedad), seguramente síntomas como el sangrado genital, masas en el prepucio o en la vulva e intranquilidad y molestia al orinar estén presentes en el animal".
Fácil contagio
Esta enfermedad no entiende de sexos. En ningún caso es más doloroso en hembras que en machos o viceversa, y el tratamiento es igual para ambos. Morales dice que "sólo hay una objeción en el caso de la hembra: si el tumor nace en la vulva es más difícil de percibir que si nace en el prepucio del macho".
Las formas más comunes de contagio son la sexual, el lamido y el olfateo. A la hora del paseo, si tu perro coincide con otro ejemplar infectado y éste le lame, el riesgo de transmisión es alto y, si se da el caso, tu can empezará a estar molesto en breve. "Se trata de un cáncer muy especial, ya que muy pocas veces se habla de cánceres transmisibles", afirma la experta. Es por ello que los veterinarios recomiendan esterilizar a tu mascota en el caso de que no quieras descendencia. Si lo haces, las probabilidades de contagio son casi inexistentes, y sólo será posible mediante un mordisco.
El tratamiento adecuado
Si tu perro padece TVT hay varias formas de tratar la enfermedad. Lo más usual es que se le someta a quimioterapia durante un tiempo. En cuanto a la medicación, la vincristina es el primer recurso, pero si el tumor es resistente, se utilizará la doxorrubricina, que es otro quimioterápico con muy buen pronóstico.
Por lo general estos tratamientos son efectivos en un 90% de los casos y los efectos secundarios son leves: ligera caída del pelo, neuritis (inflamación de los nervios), vómitos y leucopenia (disminución de glóbulos blancos). La doctora Morales especifica que "rara vez existe la posibilidad de metástasis, aunque puede aparecer en hígado, bazo, ganglios linfáticos y ojos".
Si la quimioterapia no es una vía factible se recurrirá a la intervención quirúrgica. Este método no es curativo y se corre el riesgo de que vuelva a aparecer la enfermedad en un 50% de los casos. Lo que no debe asustarnos es ingresar a nuestra mascota en el quirófano, ya que se considera de bajo riesgo.
Cómo podemos prevenir el TVT
Cuando se decide tener una mascota, siempre se siente un poco de miedo a que le pase algo durante los primeros días. A los cachorros hay que prestarles mucha atención pero, poco a poco, irán desenvolviéndose en su nuevo entorno y podremos relajarnos sin bajar la guardia. No es cuestión de crear una barrera entre el mundo exterior y tu perro, ni tampoco de dejar que nuestro animal de compañía tenga toda la libertad del mundo. Hay que buscar el término medio.
Hábitos como salir con tu perro a pasear para que haga sus necesidades no pueden interpretarse como una actividad de alto riesgo debido al miedo al contagio. "Aunque el TVT se transmita de forma tan sencilla, tu perro debe socializarse y saber que está rodeado de objetos, ruidos, personas, más perros..." concluye Morales. Todas estas experiencias conforman su día a día y, si se lo prohibimos, nos encontraremos con una mascota incapaz de comportarse adecuadamente. De hecho, es posible que desarrolle comportamientos agresivos.
Lo único que podemos hacer al respecto es evitar que coincida con perros desconocidos, pero en el caso de que llegase a ocurrir, lo correcto sería separarlos y atar a nuestro perro para llevárnoslo a otra zona. En cualquier caso, se trata de proteger a nuestro can hasta un límite, pero si no se ha podido evitar el contagio, un especialista animal lo tratará y, tras un breve periodo de tiempo, tu mascota volverá a gozar de un perfecto estado de salud.
Agradecimientos: Inmaculada Morales, Veterinaria y propietaria del Hospital Clínico Sierra del Suroeste.