En la vida de un gatito, la socialización es un proceso vital, así como en la de cualquier animal. Se trata de interiorizar normas con las que se rigen los individuos que le rodean. Cada gato es diferente y tiene su personalidad, por eso, hay gatos más extrovertidos que otros y gatos más introvertidos que otros.
Se extiende desde las 2 semanas de vida hasta las 9 semanas el período de socialización de un gato. Esto no quiere decir que si adquirimos o adoptamos un gato adulto no pueda ser socializado, lo único que será más complicado. Si durante este período el gato ha recibido todo tipo de estímulos, cuando sea adulto tendrá confianza en todo lo que le rodea y será un gato seguro. Si el gato no tiene un buen proceso de socialización por el contrario, puede desarrollar miedos o temores, sobre todo frente a la presencia de personas.
Durante el período de socialización el gatito debería aprender a relacionarse con otros gatos. Lo recomendable sería que permaneciera con la madre y sus hermanos, al menos, hasta las 8 semanas de vida. En el caso que adoptemos un gatito huérfano, podríamos juntarle con otra cama de gatitos. También, en este proceso tendrá que socializarse con personas, para ello debemos acariciarle todos los días de forma cariñosa y cogerle suavemente para no asustarle. Podremos lograr que cuando sea adulto conviva armoniosamente con otros animales relacionándolo desde pequeñito con perros y con otros gatos.
La correcta socialización de un gato es fundamental para que cuando sea adulto, muestre un comportamiento adecuado hacia las personas, conviva con otros gatos y animales y se adapte más fácilmente a los cambios en el ambiente.
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