Los perros son una gran compañía para los niños. Les enseñan muchos valores como el cariño, la lealtad, lo importante que es tener un amigo fiel... Pero, además, gracias a los perros muchos niños mejoran sus competencias lectoras, ¿Por qué?
En primer lugar, el niño puede sentirse plenamente cómodo con su oyente. Este, no le juzgará ni recriminará nada durante la lectura. Sin burlas el niño se siente tranquilo y disfruta de la experiencia de la lectura. Además, es más divertido leerle a tu mascota que enfrentarte solo a un libro, por lo que la lectura pasa a ser una actividad lúdica, lo asocian con el ocio.
El ambiente es cálido y confortable para ambos, que disfrutan de su mutua compañía. A los niños les aumenta la confianza y, al tener un oyente que escucha amablemente (disfrutan del timbre de la voz humana), se ven motivados a seguir practicando.
Es una manera de ver las tareas escolares como una actividad divertida. A su vez, todos ganan. El perro aprende a tener paciencia y disciplina, mientras el pequeño lector afianza sus habilidades. Que lea en voz alta a la mascota aumenta considerablemente su concentración.
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Imágenes/flickr: Bonner Library y Dartmouth Public Libraries.