Los cuidados que exige tu perro representan una enorme responsabilidad, ya que deberás tenerlos presentes para impedir que caiga enfermo. Además de factores que siempre vigilaremos, como son la salud dental, la obesidad y la obligada visita al veterinario una vez al año, existen dos etapas en la vida de un can especialmente importantes desde el punto de vista de la salud.
Cuando nuestro perro es un cachorro, proporcionarle una serie de atenciones adecuadas garantiza su correcto desarrollo y que éste alcance la edad adulta sin problemas. La otra fase delicada es la vejez. Los ejemplares senior necesitan nuestra atención para disfrutar de sus últimos años con la misma intensidad.
Cuando son pequeños
Durante la etapa pediátrica los perros se constituyen las bases del resto de su vida: una correcta educación, una dieta adecuada, ejercicio, aseo, control de enfermedades y parásitos... Los errores que se cometan en esta fase perdurarán en el tiempo y, en el mejor de los casos, tendrán una solución, pero difícil. Es por ello que los puntos imprescindibles a seguir dentro de la salud pediátrica son:
Correcta nutrición: alimento de cachorro de la mejor calidad que nos podamos permitir y, a ser posible, siempre pienso.
Ejercicio: cuando el cachorro está totalmente vacunado necesita al menos tres paseos diarios para fortalecer su organismo y recibir los imprescindibles rayos solares.
Aseo: las costumbres de limpieza a esta edad se mantendrán para toda la vida; el cepillado diario, el baño con productos adecuados, la higiene de orejas, ojos y dientes, serán sanas y necesarias costumbres que debemos inculcar con paciencia y cariño a las mascotas más pequeñas.
Educación: aquello que le enseñemos en esta corta edad será lo que recibamos durante el resto de su vida: el picoteo entre horas, el apropiamiento del sillón y los gruñidos a los familiares, deben ser reconducidos a la más temprana edad. El nuevo amigo debe tener clara su posición en el grupo; si conseguimos esto desde el principio y se lo recordamos durante el resto de su vida, tendremos un animal correctamente educado e integrado en todos los entornos sociales.
Cuando son mayores
La geriatría canina comienza a partir de los siete años de edad: fallos orgánicos, problemas dentales, patologías óseas y articulares, alteraciones por una inadecuada nutrición y ejercicio, son una pequeña muestra de lo que podemos evitar con:
Alimentación adecuada para dicha edad: el animal necesita alimento de mejor calidad (proteínas) y con recortes en determinados ingredientes (sal).
Chequeo anual: que comprenderá analítica sanguínea completa, radiografía de tórax y electrocardiograma. Con estas pruebas podremos evidenciar problemas existentes o en aparición y aplicar las medidas oportunas.
Higiene dental: la salud de los dientes es importante en todas las edades, pero adquiere especial relevancia en los animales senior. No sólo permite que coma correctamente, sino que evita problemas secundarios a partir de infecciones dentales.
Ejercicio: no debemos pretender que nuestro anciano animal participe en la alta competición si su organismo no es capaz. Adecuaremos las salidas a sus posibilidades, pero no dejaremos de facilitárselas; el animal se hace mayor, no inválido.
Vigilancia especial
Existen dos programas preventivos en los que debemos hacer hincapié: la salud dental y la obesidad. Las patologías dentales no sólo afectan al diente y a su entorno directo, son causa de graves enfermedades secundarias (patologías cardíacas, respiratorias, etc.). Hay que acostumbrar al perro a una higiene dental correcta. Si no es así, la actuación anual del veterinario será, más que conveniente, obligada. Una limpieza dental en la clínica y una alimentación seca que evite el depósito de sarro serán los puntos fundamentales para que los dientes de nuestra mascota estén en perfecto estado.
En cuanto a la obesidad, señalar que es un problema tan habitual que se ha convertido en un capítulo independiente. Un animal obeso es un animal enfermo. Pero debemos prevenir esta situación con una valoración regular del peso de nuestra mascota y, si fuera necesario, realizar los cambios alimentarios y el ejercicio oportunos para erradicar el problema. Existen programas contra la obesidad diseñados
por las empresas de alimentación y que podemos poner en práctica bajo la supervisión de nuestro veterinario de confianza.
Por último, repetir que un chequeo anual no es exclusivo de los ejemplares senior, sino un importante punto de beneficio para la salud de los animales de todas las edades. El chequeo consiste en una visita en la que el profesional realiza la valoración del estado del animal mediante una observación externa y las pruebas diagnósticas necesarias para el estudio del funcionamiento orgánico (analíticas sanguíneas, de orina, de heces, electrocardiograma, ecografía, radiología, etc.). En esta visita se puede incluir la vacunación anual y la desparasitación que corresponda.