En este artículo de Gato Vago os vamos a hablar del refran “ni gato ni perro de color bermejo”.
Ni gato ni perro de color bermejo, qué problema hay con el rojo?
Ya sabéis que la humanidad ha tenido un problema con los colores. Un ejemplo muy claro sucede con los gatos negros a los que se los asociaba con la magia negra y el demonio, pero también pasa con la gente pelirroja que siempre se la ha considerado ruin y mezquina. Y, precisamente, de aquí viene el refrán de “ni gato ni perro de color bermejo”.
Qué problema hay con los pelirrojos?
Pues parece ser que en tiempos remotos se consideraba a las personas pelirrojas gente de la que no te podías fiar. Ejemplos claros como Judas, que traicionó a Jesús; Caifás, que fue uno de los responsables de la crucifixión de Jesús; Caín, que asesinó a su hermano Abel; Seth, que mato a su hermano Osiris; Mordred, que traicionó a Arturo; y Ganelón, que traicionó a Roldán. Así que con todo este elenco la gente empezó a suponer que toda persona pelirroja era mala por naturaleza.
Curiosamente, la palabra rufián (persona sin honor, perversa y despreciable, según la RAE) procede del latín “rufus” que significa rojo. Así que aquí tenemos otro ejemplo de que la gente creía que las personas pelirrojas eran despreciables.
Y, claro, antiguamente pensaron que si una persona pelirroja es mala porqué no ha de serlo un animal de color rojo. Y así es cómo llegamos hasta el refrán que estamos analizando y, por eso, la gente tenía reparos en tener animales rojos.
Os dejamos un enlace por si queréis más información sobre el refrán “ni gato ni perro de color bermejo”: La agenda de Zalabadro.
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