Cuando decidimos compartir nuestra vida con perros hay que tener claro que, al igual que las personas, los animales también enferman o sufren diferentes achaques que pueden resentir su salud a lo largo de su vida. Si perro no se encuentra bien, mostrará una serie de síntomas: abatimiento, tristeza o incluso, si siente dolor, se mostrará irritado.
Si observas bien a tu perro detectarás rápidamenete que algo le sucede. Ante todo, no te alarmes. Dirigete al veterinario, él sabrá qué hacer y cómo tratar la patología. A continuación mostramos distintas situaciones que pueden presentarse. Aprende a identificarlas y a saber cómo reaccionar ante ellas.
Fracturas o hemorragias
Aún sin ser lo habitual, un accidente desafortunado puede provocar una hemorragia o una rotura de un hueso del animal. Si la fractura sangra, evita que el perro se mueva y, si tienes que transportarlo lejos, envuelve la fractura con algodón e inmoviliza la extremidad con un palo, un periódico enrollado o similar y véndala con suavidad.
Si el perro sangra mucho, puede llegar a perder el conocimiento. Para evitar una mayor pérdida de sangre aplícale un vendaje. Si la hemorragia es excesiva o si no para de sangrar tras vendarle, llévale rápidamente al veterinario.
Problemas respiratorios
Si notas que tu perro jadea, hace ruido al respirar o tiene la lengua azul llévale al veterinario sin pensarlo. Pero antes de acudir al especialista, descarta que el jadeo no esté relacionado con un esfuerzo o una emoción.
La excitación se acompaña de un aumento de temperatura con aceleración de la respiración. Cuando hace mucho calor, cuando tu can juega o corre en el parque, tras una alegría, etc., el animal jadeará para regular el aumento de temperatura.
Electrocución o quemaduras
Las quemaduras de primer grado se reconocen porque presentan piel enrojecida y pelo chamuscado. Aplíca sobre ellas una pomada, pero si han sido producidas por algún producto químico, lávale la piel con agua abundante durante 10 ó 15 minutos.
Pero si la causa es la electrocución, sufrirá quemaduras importantes. Es posible que tu perro, mientras esté jugando, muerda un cable y le pase la corriente a través de un enchufe o un aparato eléctrico. Si esto sucede, lo primero que tienes que hacer es cortar la corriente rápidamente y apartarle, pero sin tocarlo directamente; lo harás con un palo o lo que tengas a mano.
Probablemente se haya electrocutado y esté grave: es posible que sufra una insuficiencia respiratoria o que muestre otros síntomas. En cualquier caso, debes llevarle lo antes posible al veterinario.
Asfixia o ahogo
Si el perro tiene algún elemento en la garganta que le está asfixiando, intenta sacárselo: mantén la boca del animal bien abierta e inclina su cabeza hacia arriba. Con mucho cuidado intenta extraer el objeto con las manos. Si así no puedes, sitúate de rodillas detrás de él y rodéale con los brazos por debajo de sus costillas. Estrecha tus brazos varias veces presionando enérgicamente, pero no bruscamente.
En el caso de que no consigas extraer el objeto y observes que el perro se está ahogando, lo mejor es llevarle sin perder un momento al veterinario de urgencias. No intentes practicar la reanimación si no sabes hacerlo correctamente.
Congelación y golpe de calor
Algunas partes del cuerpo del perro sufren congelación si hace mucho frío; es el caso de las almohadillas, los pies, las orejas o la cola. Si observamos que tiene dolor, que la piel se ha enrojecido y está pálida y brillante, rápidamente llévale a un lugar caliente, y cúbrele las partes congeladas con un trapo mojado con agua caliente. Después de estas medidas urgentes, lleva al perro a un especialista para que verifique si se han producido lesiones graves.
Por el contrario, cuando la temperatura es muy alta, los animales también pueden sufrir un golpe de calor. Los perros no eliminan el calor sudando, ya que tienen pocas glándulas sudoríferas: solamente lo eliminan jadeando. Si jadea excesivamente y tiene fiebre alta, tienes que intentar bajarle la temperatura sumergiéndolo en agua fría hasta el cuello. También le aplicarás hielo sobre su cabeza y, en cuanto baje la temperatura, le llevarás a que le vea un experto.
Envenenamiento por ingestión de objetos
Cuando estés de paseo con tu perro intenta observarle. Es habitual que trague alguna planta, objeto o elemento que no pueda digerir y le provoque un trastorno interior debido a una intoxicación. Aunque los síntomas varíen dependiendo del veneno, lo primero en lo que tienes que fijarte es si tu mascota tiene falta de coordinación, vómitos o diarreas graves, delirio, colapso o convulsiones.
Necesitarán saber qué le ha provocado el envenenamiento para poder tratarlo. Lo que no tienes que hacer es provocar el vómito si no nos lo dice el veterinario. Algunos venenos son peores si se vomitan. En cualquiera de estos casos llama al Servicio de Toxicología.
En las salidas diarias, los perros también pueden dañarse sus órganos visuales con algún objeto punzante o afilado. Si vemos que tiene algo en el ojo o que intenta rascarse, evita que se haga daño al intentar tocarse. Intenta no sacar el cuerpo extraño, ya que puedes dañarle aún más. Ante cualquier anormalidad acude con tu perro a ver a un especialista para que emita un diagnóstico correcto y así tu buen amigo sea tratado de la mejor forma posible.
Shock: una reacción peligrosa
Se da cuando el cuerpo reacciona ante un suceso que considera grave. Se reduce el riego sanguíneo en el cerebro y en otros órganos vitales, por lo cual resulta muy peligroso. Se produce un aumento del ritmo cardíaco y de las respiraciones, se empalidecen las encías y se enfrían.
Si se da este caso, hay que llevarle urgentemente a que le vea un veterinario pero, mientras le atienden, le elevaremos las patas traseras por encima de la cabeza y le abrigaremos considerablemente.
Fuente de información: Affinity Petcare