Algunos síntomas pueden aparecer al inicio de la enfermedad, otros en una etapa posterior. A veces son obvios y en algunos casos son completamente invisibles. Los vómitos, la diarrea, la fiebre, la cojera, el letargo, la pérdida del apetito, la negativa a comer, la tos y la secreción nasal son todos síntomas de la enfermedad de un perro.
La enfermedad a menudo se manifiesta con varios síntomas al mismo tiempo. Por ejemplo, la peste canina se asocia comúnmente con fiebre, vómitos, diarrea y secreción nasal y ocular. En una etapa posterior de la enfermedad, pueden aparecer convulsiones y tics, que generalmente se asocian con daños en el sistema nervioso por el virus de la peste.
Síntomas generales y específicos
Los síntomas son generales y específicos. Los síntomas comunes incluyen síntomas que ocurren en casi todas las enfermedades. Por ejemplo, los vómitos y la diarrea se pueden observar con infecciones virales, con intoxicaciones, con una violación de la dieta (estrés alimentario), como efecto secundario de las drogas, con la infección por helmintos, etc.
Los síntomas específicos son menos comunes y generalmente se asocian con una enfermedad o grupo de enfermedades específico. Un buen ejemplo es el cambio de color de la orina a casi negro en un perro con piroplasmosis, que se asocia con la destrucción activa de los glóbulos rojos como resultado de la infección por babesia.
El aumento de la sed y el aumento del volumen de orina es un síntoma más específico característico de la diabetes mellitus, la insuficiencia renal crónica y la inflamación uterina, mientras que el síntoma es el mismo y los mecanismos de este fenómeno son completamente diferentes.
A veces, las enfermedades son atípicas, incluso los síntomas característicos pueden estar ausentes.
Síntomas agudos y crónicos
Los síntomas pueden ser agudos o crónicos. Por ejemplo, la diarrea puede comenzar de manera abrupta y repentina, con una infección viral, o puede ocurrir una vez a la semana durante 3-4 meses, con enfermedades del intestino grueso. El perro puede comenzar a cojear repentinamente cuando se lesiona o esguince, o cojear solo por la mañana, inmediatamente después de despertarse, lo cual es típico de la artritis. Además, la cojera puede ser severa, casi imperceptible o solo ocurrir después del ejercicio.
Síntomas sutiles
Los síntomas pueden ser casi invisibles. Por ejemplo, la secreción moderada de la soga (órganos genitales externos de la hembra) con piometra (inflamación del útero) puede no ser obvia para el propietario, ya que el perro lamerá regularmente y este síntoma también se puede confundir con manifestaciones de estro normal.
En perros peludos, como collies y huskies , el cambio en el peso corporal no suele ser tan obvio como en las razas de pelo liso como los dóberman o los bóxers .
La renuencia del perro a correr a caminar se puede atribuir a la edad o al calor, mientras que este puede ser el primer síntoma de una enfermedad cardíaca.
Algunos síntomas no pueden detectarse mediante un simple examen y observación. Por ejemplo, los soplos cardíacos solo se pueden escuchar con un estetoscopio, y las anomalías en los análisis de orina y sangre se detectan solo con tecnología de laboratorio, aunque también serán síntomas de enfermedad.
Por ello, es muy importante vigilar periódicamente el estado del perro y prestar atención a los más mínimos cambios, incluso a los que parecen menores. Y, por supuesto, debe visitar regularmente la clínica veterinaria para exámenes preventivos, y es conveniente hacerlo anualmente.
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