Este yoga se hace con la participación de los dueños. Entre las posiciones más comunes se encuentra la pose del perro: es una ‘V’ invertida. Luego, el dueño se flexiona sobre el perro y ambos realizan la ‘postura del niño’ que es sobre las rodillas y los codos. Se estiran hacia la izquierda, a la derecha y se levantan los brazos. Al finalizar, perro y dueño, se dan un pequeño 'achuchón' cariñoso.
Gracias a estos ejercicios el perro se relaja; las respiraciones del perro y el dueño se sincronizan; se mejora la relación; ayuda a la circulación, flexibilidad y movimiento; mejora la concentración y la obediencia del canino, etc.
Nunca olvidéis que no debeis forzar a vuetsros perros a que hagan cosas que no quieran. Os dejo un vídeo que quizás os inspire
Y yo ahora me voy a hacer yoga… Ommmmh