Esta acción se realiza correctamente en varios pasos. En primer lugar, y antes de que el cuerpo del can pueda digerir los alimentos, hay que triturar los productos a un tamaño lo suficientemente pequeño como para asegurarse de que el bolo alimenticio pasará por las paredes del intestino sin problema.
Etapas de la masticación
Las primeras fases de este proceso de destrucción de la comida tienen lugar en la boca. Morder, masticar y destrozar son los primeros objetivos. Cuando el producto esté casi triturado por completo, se mezclará con la saliva. En este momento entran en juego las glándulas salivares.Acto seguido, cuando el bocado queda reducido a una pasta, la lengua la recoge de la parte superior de la boca y la aprieta contra el paladar. El último paso es empujar la comida con este músculo hacia el tubo digestivo. Hay que recordar que el bolo alimenticio que se forma en la boca del canino y que ejerce su presión sobre las encías, ayuda a su riego sanguíneo y fortalece su superficie.
La masticación se realiza gracias a la mandíbula inferior y a los movimientos que ésta produce de izquierda a derecha y de arriba a abajo. Los labios y paredes bucales ayudan también en el proceso, ya que mantienen la cavidad de la boca completamente cerrada.
Los dientes, los verdaderos aliados
Los músculos y ligamentos de las mandíbulas se fortalecen gracias a la acción cotidiana de comer, pero los verdaderos protagonistas del proceso son los dientes. Éstos ocupan un lugar muy importante porque son los instrumentos bucales especializados en la trituración de la comida, y su forma y resistencia varían según su función.
En la parte delantera, encontramos los incisivos, que son unos dientes afilados cuya misión es cortar y separar el alimento. Hay cuatro incisivos en la parte de arriba y cuatro en la de abajo. Los superiores se encuentran un poco más adelantados que los inferiores. Con esta disposición, el efecto de su labor es similar al de unas tijeras.
Junto a los incisivos se encuentran los dos caninos superiores y los dos inferiores. Estos dientes tienen unas coronas puntiagudas, y su función es desgarrar los alimentos. Así como los incisivos están muy desarrollados en especies como los roedores, los caninos lo están mayoritariamente en los carnívoros, sobre todo en la familia de los felinos.
Por último, encontramos los dientes premolares y los molares. Se encuentran en la parte posterior de la boca, y tienen la función de triturar. Su superficie es ancha, aunque con pequeñas fisuras y algunos salientes. Su acción trituradora divide las fibras y las partículas de los alimentos.
Huesos: la gran duda alimenticia
Todos asociamos la imagen de un perro a la de un hueso. Hay dueños que optan por dárselos y hay otros que no. Pero realmente, ?es bueno que tu perro los mastique? Para tu mascota el morder un hueso supone unos minutos de diversión, pero no hay que olvidar que éstos pueden llegar a ser muy perjudiciales para tu perro porque causan estreñimiento, sobre todo si son naturales.Hay que rechazar, en cualquier caso, premiar con las sobras de nuestra propia comida al perro. Si decidimos regalarle un hueso, hay que optar por los de rodilla o de caño, que son los típicos que encontramos en los cocidos. Suelen ser duros y grandes, imposibles de romper por su dentadura. De esta forma evitamos posibles problemas de obstrucción y perforación de los pulmones.
La mayoría de los dueños que dan a su perro un hueso para masticar, lo hacen por dos razones muy claras: mejorar el aliento y limpiar los dientes. El tiempo que el perro mantiene su particular tesoro en la boca evita la halitosis y fortalece los músculos. Otro aspecto positivo es el calcio que el animal absorbe. Es recomendable reemplazarlo por uno nuevo cuando le ha sacado al antiguo todo el partido posible.
En definitiva, se aconseja que antes de darle un hueso a tu perro consultes con tu veterinario, y en caso de comprarle uno, lo ideal sería uno artificial de plástico duro y resistente.
Algunos consejos útiles
Una masticación constante y larga favorece mucho el crecimiento y a una mejor conservación de los tejidos de la boca y las encías.Una dieta rica en fibra evita, en mayor medida, que las partículas de comida se queden entre los dientes.
El acto de masticar cuando los cachorros están cambiando sus dientes les ayuda a debilitar sus dientes de leche, y calma la sensación de dolor de las encías.
Los alimentos balanceados y las galletas especiales para perros son comidas que estimulan la masticación y, además, ayudan a reducir la acumulación de sarro entre los dientes.
Los piensos actuales han acabado con el problema del raquitismo, ya que éstos proporcionan el calcio y las vitaminas suficientes al organismo de nuestro perro.