En la granja había cuatro equinos muertos y nueve agonizaban sin comida
Dantesca. Así fue la escena que se encontraron los agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil cuando entraron en una explotación equina de la comarca de Compostela para comprobar si la granja cumplía con todos los requisitos legales.
Cuatro caballos estaban ya muertos y otros nueve agonizaban. Unos y otros presentaban signos evidentes de inanición. Sus cuerpos estaban escuálidos y su estado era de una debilidad extrema. Un potrillo aún con vida estaba tan deteriorado que se encontraba tendido en el suelo en el exterior de las caballerizas y era incapaz de levantarse. Otros dos caballos, completamente desesperados por el hambre, habían optado por el canibalismo y devoraban el cuerpo sin vida de uno de los equinos que habían fallecido.
A cada paso que daban, los agentes del Seprona se encontraban con una imagen más terrible. Dentro de las caballerizas había dos caballos muertos tirados en el suelo y en avanzado estado de descomposición, una evidencia de que los animales llevaban mucho tiempo padeciendo esta situación. No muy lejos de allí, una yegua blanca todavía estaba con vida y podía mantenerse en pie, pero su cuerpo estaba tan sumamente delgado que no era más que un saco de huesos en el que se le marcaban todas las costillas, la misma situación en la que se encontraban los otros ocho caballos que aún estaban con vida en la granja.
Tras comprobar todas las instalaciones y ver el horror que se había producido en aquella explotación ganadera, los guardias civiles que habían acudido para inspeccionar el recinto procedieron a la detención del dueño. Ninguno de los animales tenía acceso a agua ni alimentos, por lo que está acusado de un delito de maltrato de animales domésticos, incluido en el artículo 337 del Código Penal y que puede castigarse con una pena de prisión de entre tres meses y un año. Los hechos ya han sido puestos en conocimiento de la autoridad judicial.
Los guardias civiles solicitaron de inmediato la presencia de los servicios veterinarios de la Consellería do Medio Rural e Mar para que realizaran un examen a los nueve caballos que todavía se encontraban con vida y confirmasen que los cuatro restantes habían muerto de hambre. El estado de necesidad de los animales quedó bien patente en el momento en el que los veterinarios de la Xunta les dieron comida y bebida. En ese momento, los caballos se lanzaron desesperados y fue tal su ingesta de agua que se temió que incluso pudieran llegar a sufrir un cólico.
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/galicia/2012/05/26/detenido-compostelano-matar-hambre-caballos/0003_201205G26P14991.htm