Por eso, muchas de estas personas escogen la compañía de perros que se encuentran en su misma situación para compartir su vida juntos.
El albergue es un servicio limitado a ciertos días y actividades para personas sin hogar que hasta ahora tenía la entrada vetada a cualquier animal.
Para nuestra sorpresa y nuestra alegría, el albergue de Zaragoza permite, desde el pasado mes de diciembre, la entrada de perros de aquellas personas que compartan su vida con uno, de forma que el perro no se quede fuera esperando a su adoptante, a pesar de las inclemencias meteorológicas y los peligros que para un perro de la calle supone estar solo.
Estancias especiales para personas con perro
Para ello, el albergue ha dispuesto de una habitación especial para adoptantes sin techo que vengan acompañados con perro, provisto de jaulas donde los perros podrán descansar mientras sus adoptantes hacen uso del comedor, de las duchas o mientras duermen.
Una maravillosa iniciativa que surgió de la demanda de los propios usuarios y que ahora han visto hacerse realidad
Pero no está exenta de un mínimo de requisitos de higiene y seguridad que se deben cumplir para poder acceder a ella: el perro debe tener chip, debe estar desparasitado y debe tener al día todas las vacunas, así como llevar al perro con su correspondiente correa en el interior de las instalaciones.
Una clínica veterinaria será la responsable de certificar que cada perro que quiera hacer uso del albergue cumpla con estos tres requisitos protocolarios.
Una iniciativa que es un ejemplo a seguir
Con la llegada del invierno y las bajas temperaturas, esta iniciativa es más que imprescindible, así que animamos a que muchos albergues tomen como ejemplo al de Zaragoza, con el objetivo de que muchas personas sin techo puedan descansar tranquilas sabiendo que cuando abran los ojos volverán a ver su fiel amigo.