Simpático, exótico y vivaz. Así es el Diamante de Gould, un ave doméstica originaria de las zonas tropicales de Oceanía y que desde hace años podemos ver y adquirir en pajarerías y tiendas de animales. Sus llamativos colores y sus movimientos pizpiretos le han convertido, sin duda, en una mascota más que habitual en los hogares de todo el mundo. En este reportaje te mostramos sus rasgos específicos y cuál es el mejor modo de alimentarlo correctamente.
Los Poephila gouldiae, nombre científico de los Diamante de Gould, proceden en concreto de Australia y fueron importados a Occidente a través de expedicionarios franceses que capturaron tres ejemplares a mediados del siglo XIX. Podemos descubrir tres variedades diferentes: los Diamante de cabeza naranja, los que tienen la cabeza roja y los de testa negra.
Los Diamante de Gould comparten los mismos colores en el resto de su cuerpo: un collar turquesa, un pecho violeta, el vientre, amarillo y el resto, de color verde. Pero las tonalidades han ido aumentando desde los tiempos del ornitólogo John Gould, que fue uno de sus promotores como animal de compañía y a quien le debe su nombre. Las mutaciones y cruces han configurado un amplio abanico de tonalidades cromáticas en todo su cuerpo.
Los Diamante de Gould destacan por su dimorfismo sexual, es decir, que podemos distinguir el sexo observando la forma y aspecto del animal: en este caso, los ejemplares de colores más vivos son los machos. Son especies de reducidas dimensiones, no llegando a superar los 12 cm. de tamaño y a tener un peso máximo de 20 gramos.
Reproducción y carácter
Estos pájaros destacan fundamentalmente por su simpatía y sociabilidad, no sólo con sus congéneres, sino con sus amigos humanos. Alegres y vivarachos, los Diamante se suelen mover en su hábitat natural con alguna pareja o en grupo, en ambientes con agua próxima (pantanos, ríos) y vegetación exuberante. Su problema es que son sensibles a los excesos de frío y humedad, un dato a tener muy en cuenta a la hora de adquirir uno.
En cuanto a la reproducción, es complicado conseguir que una pareja de estas aves consiga tener vástagos en cautiverio. Es necesario profesionalidad y experiencia en la crianza, y sobre todo, dar con los ejemplares adecuados, ya que son especies muy volubles respecto a las atenciones "paternales". No obstante, tampoco es imposible conseguir que una pareja de Diamante de Gould se reproduzca.
La época más adecuada es a finales de invierno, pero en el hemisferio norte faltarán horas de luz respecto a lo que sucede en su entorno natural. Conviene, por tanto, alargar dos horas más la iluminación por medios artificiales y que no falte la tranquilidad y la soledad para la pareja. Asimismo es necesario conseguir durante la cría una temperatura estable cálida, que nunca baje de los 20º C.
De marzo a agosto es cuando anidan, pero pueden criar hasta tres veces al año. Para no traer al mundo polluelos demasiado débiles, retiraremos los nidos una vez haya concluido el periodo mencionado anteriormente. Es mejor que sólo críen una vez al año. La incubación, de la que son responsables los dos progenitores, tiene lugar durante dos semanas.
Cuidar su alimentación
Para tener un Diamante de Gould alegre y sano es fundamental que le suministremos una dieta sana y equilibrada. La comida especial para aves exóticas que puedes conseguir en cualquier pajarería suele ser suficiente para garantizar un sustento adecuado para tu mascota.
Las mezclas de grano contienen un 50% de alpiste, y el resto está formado por una combinación mayoritaria de mijo blanco y mijo rojo, y entre un 10 y un 20% de panizo y negrillo. Algunos ejemplares muestran dificultades a la hora de asimilar el mijo, por eso es mejor experimentar con este alimento antes de introducirlo indiscriminadamente en su dieta.
Podemos complementar el grano con pequeñas cantidades de verdura de hoja verde, hueso de jibia y complejos vitamínicos. Durante la cría, es fundamental el hueso de jibia o las pastas de salvado al huevo, ya que suministran mucho calcio, un componente indispensable para los huevos. Otros complementos alimenticios son las espigas, verdes o maduras, de mijo o panizo, las semillas e incluso los insectos.
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