Los animales que aparecen, en realidad, no son lobos. Son perros de la raza Northern Inuit.
La raza Northern Inuit, en realidad, no está reconocida oficialmente. Es una cruza que se originó a fines de los 80, para crear un perro doméstico que se pareciera a los lobos. Exactamente lo que convenía a los productores de Juego de Tronos. Un animal dócil como un perro, que se viera como un lobo.
Para ello, cruzaron pastores alemanes con Siberian Huskies y una variedad de perros esquimales (Inuit). Originalmente, los perros provenían de Canadá, pero la raza se desarrolló en el Reino Unido.
El resultado es un animal grande, atlético pero no demasiado vigoroso. Las hembras tienen entre 58 y 71 cm. de alto, y pesan entre 25 y 38 Kg., mientras que los machos miden de 58 a 81 cm. de alto, y pesan entre 36 y 48 Kg. Los perros Northern Inuit deben tener una cola recta, ya que las colas arqueadas son consideradas un defecto.
Los Northern Inuit no son adecuados para los propietarios novatos. Pueden llegar a ser muy obstinados y de carácter volátil. El dueño de un Northern Inuit debe mostrarle a su perro que es un líder fuerte, o prepararse a ser él el que obedezca los caprichos del perro.
Entrenarlos es más difícil que con otras razas. Suelen reaccionar mal a la separación de su dueño, lo que lo lleva a destruir cosas. Si se los educa bien desde pequeños, esto puede arreglarse. Hay que entrenarlos desde cachorros.
Muy a menudo, se comportan mejor si están en compañía de otro perro. La socialización debería comenzar una vez se los vacune, ya que los juegos pueden llegar a ser muy bruscos, y así se evitan accidentes.
Tienen algunos problemas genéticos, como casi todas las razas. Suelen presentar displasia de cadera y epilepsia, por lo que se recomienda revisar esta predisposición antes de empezar a criarlos.
La actriz que interpreta a Sansa Stark en “Juego de Tronos”, Sophie Turner, adoptó al perro que le asignaron en la serie, a quien bautizó Zunni.
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