Cada vez me llegan más historias sobre el adiestramiento canino, sobre personas que tienen problemas en el correcto entrenamiento de sus perros pero gracias a mis guías y libros consiguen educarlos hasta conseguir el mejor comportamiento que podrían desear. Traigo de nuevo algunos de los casos que más me han complacido como adiestrador que soy.
Unas semanas atrás me escribió un chico que se había hecho con un bóxer hacía poco tiempo, ¡y no le daba más que problemas! El perrito, aún cachorro, era un desastre con patas: mordía el sofá y destrozaba los zapatos, gruñía cuando el chico se acercaba a su comida, saltaba sobre él al verlo llegar y a menudo casi lo tira al suelo…En definitiva, un animal que por su fuerza y carácter dominante estaba siendo más un problema que una alegría en la casa.
Le dije al muchacho que por supuesto el problema era que él, como dueño, no se había impuesto. Me confesó que en efecto lo mimaba y lo dejaba hacer lo que quisiera, pero que todo tenía un límite. Por supuesto, a un perro no se le puede dejar hacer lo que quiera, creerá que es el líder y todo está en su poder. Le di, así pues, algunos tips sobre el adiestramiento canino…Básicamente un cambio en su propia actitud, como definitivamente no dejar que el perro se saliera con la suya en todo momento. Los perros no son malos, simplemente son diferentes a nosotros, y si queremos convivir adecuadamente con ellos debemos enseñarles a comportarse, ¿no? Igual que a niños. Hay que mostrarse firmes, seguros, y desde luego no ceder, enseñándole poco a poco las normas que queramos que entienda y siga.
No mucho tiempo después el chico me escribió dándome las gracias por mi ayuda. Su bóxer se comportaba maravillosamente bien, y sólo había hecho falta ser firme y enseñarle algunas cosas, como a usar sus juguetes, a esperar frente a la comida hasta que se le permitiera comer, y a no saltar sobre él cuando llegara. ¡Una maravilla de perro, ahora por fin educado!
Como veis, el adiestramiento canino está lleno de matices, de historias personales, de problemas y también de soluciones. Educar a un perro es lo mejor que podemos hacer por él: enseñarle cómo comportarse en nuestra sociedad, para que sea más querido y apreciado de lo que ya es.
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Marcos Mendoza