Bueno, a lo que voy, el año pasado se murió mi perrita Clara, la cual llevaba con nosotros más de 12 años y era una más de la familia, la queríamos muchísimo, siempre dicen que los perros suelen elegir a su amo y en este caso ama ya que me eligió a mí y eso que fue un regalo de reyes para mis hijos que estaban muy pesados con tener un perro. Yo no quería, pero al final me convencieron y fue la mejor elección de mi vida, no sabía que se podía querer tanto a un perro, de siempre me han dado miedo y es hoy en día y les tengo mucho respeto, no soy la típica que se para para acariciar a los perros, pero con la mía tengo que decir que me volqué profundamente y es que ella se hacía mucho de querer, era una perra buenísima, siempre estaba donde yo estaba, todas las mañanas me hacía unas fiestas cuando me levantaba y la tenía que saludar sí o sí ya que si no lo hacía, no me dejaba en toda la mañana moviendo su rabito detrás de mí a todas partes. Ahora siento un vacío al levantarme porque ya no está ella para saludarme al igual que cuando yo llegaba a casa aunque me hubiese ausentado muy poco tiempo, para ella parecía que fuera eterno y salía corriendo a recibirme, os he contado todo ésto para que veáis lo mucho que la echo de menos y así podréis entender mi vuelta a mis pinceles.
Desde que se murió tuve unas ganas enormes de pintarla y esas ganas han sido las que me han hecho recuperar mi pasión por la pintura, así que cogí todos mis abalorios de pintura, quité el otro cuadro del caballete y me puse a pintar a mi Clara.
Si os soy sincera, al principio no me salía y es que llevaba mucho tiempo sin pintar, pero después de varios intentos incluso una vez tuve que borrar completamente el lienzo y le di una mano de pintura blanca porque no me gustaba, no la acababa de ver, es lo bueno que tiene el óleo que lo puedes retocar las veces que quieras y si no te gusta algo lo cambias y a veces vienen bien incluso que se queden esos colores abajo de los otros, pues al final lo conseguí y la verdad que estoy muy orgullosa y contenta con mi trabajo, la miro y es ella, he conseguido captar su mirada, yo en realidad digo su alma, me pongo a pensar y no sé como lo he hecho, quizás el recuerdo lo tengo tan arraigado en mi mente que en cuanto me llegó la inspiración los pinceles la pintaron solos, no lo sé, pero el caso es que está ahí y que ahora tengo un recuerdo precioso de ella ya que es tal y como la recuerdo porque aunque cuando la llevábamos a la peluquería a hacerle el trimming la dejaban completamente distinta, la mayor parte del tiempo estaba tal cual está en la pintura, con el pelo largo.
Y ahora os enseño a mi Clara que ya tiene un sitio en la pared de mi salón
Me imagino que a nivel profesional tendrá muchos fallos, pero para mí lo importante es que yo al mirarla la viese y eso sí que lo he conseguido por lo que estoy muy contenta con el resultado.
Ahora, una vez que he terminado éste ya estoy avanzando el que había dejado empezado antes y que os lo he comentado al principio, de momento no me acaba de gustar, pero es que siempre me pasa igual con la pintura, tiene que llegarme el momento de inspiración en el cual el pincel va solo y hasta que no me pase no podré dar por terminada la pintura, en cuanto lo consiga os la enseñaré, solo os adelantaré que es un paisaje donde se puede ver el mar, muy en mi línea que las que me conocéis ya sabéis que me apasiona el mar y todo lo relacionado con él.