Puede que su olor te resulte fuerte, pero tendrás que acostumbrarte o decidirte por otro animal de compañía antes de decantarte por un conejo. El baño no es recomendable para ellos porque destruye la capa natural que tienen. Además, esta actividad les provoca un gran estrés. De todas formas, vamos a explicarte una serie de pautas muy concretas para que no dañes a tu adorable mascota durante el proceso.
Recomendaciones antes del baño
En primer lugar, debes saber que los baños no deben ser muy frecuentes, se recomiendan únicamente dos o tres al año. Antes de comenzar, hay que comprar en cualquier tienda especializada un champú con un pH adecuado a su piel. También pueden usarse los de bebé e, incluso, se les puede bañar simplemente con agua, pero si consigues uno específico para él, mejor.
En cuanto al agua, no debe estar ni demasiado fría ni demasiado caliente, es conveniente encontrar un término medio. Es muy importante que el ambiente sea tranquilo, sin sobresaltos que puedan asustar aún más a nuestro conejo. Habla con él despacio para que se tranquilice. Si se pone excesivamente nervioso, se recomienda desistir y dejar el baño para otro momento en el que esté algo más relajado.
A la hora de secarle, emplea una toalla y olvídate del secador de pelo, ya que podrías ocasionarle alguna quemadura. Además, el ruido hará que se asuste todavía más. Se le debe secar completamente para evitar posibles resfriados. Se recomienda que los baños se efectúen en épocas calurosas, evitando en lo posible realizarlos en invierno, época en la que son más propensos a constiparse. Cuando el conejo se manche las patas o el ano, no hace falta bañarle, se pueden usar toallitas húmedas de bebé para limpiar esa zona.
Para tener un pelaje bonito
Respecto a su pelaje, utiliza un cepillo suave adecuado al menos una vez por semana. Durante la época de muda, los cepillados deben realizarse al menos dos ó tres veces por semana. El tipo de pelo también influye: si tu conejo es de Angora, insiste hasta eliminar todo el pelo muerto. El cepillado debe incluir todas las partes del conejo: cabeza, lomo, vientre, patas, etc.
También es aconsejable administrarle un poco de malta. La encontrarás en tu tienda habitual, pero si no hallas la de conejos, puedes comprar la de gatos. La dosis es de entre 0,5 y 1 ml. una vez por semana en época normal y dos o tres veces en semana durante la muda. Si tu conejo tiene el pelo largo, dásela con mayor regularidad. Este producto les ayuda a arrastrar los pelos que se tragan al limpiarse, y facilita su expulsión evitando bolas de pelo, muy perjudiciales para ellos.
A veces es complicado que el conejo acepte bien la malta a la primera. Un truco infalible, pero que aborrecen, es untar la pasta de malta en la pata: no les quedará más remedio que limpiarse. Otra opción común es mezclarlo con comida que les guste.
Aprovecha para cortarle las uñas
A los conejos les crecen muy rápido las uñas, por lo que su control debe ser frecuente. El cortaúñas debe ser especial para gatos u otros animales. Para cortárselas, necesitarás que alguien te eche una mano, puesto que es una tarea delicada e incómoda para el conejo, por lo que tenderá a escaparse siempre que pueda. Una persona debe sujetar firmemente al conejo, ya sea en su regazo o en una mesa, y otra procederá al corte de cada uña.
Ésta operación debe hacerse en un lugar bien iluminado para evitar posibles fallos en el corte, ya que cada uña tiene una pequeña vena interior que hay que evitar tocar al realizar la operación. Si por alguna causa se cortara esa parte, habría que lavar y tapar la uña para cortar la pequeña hemorragia. Si la uña no fuera lo suficientemente transparente para ver dicha vena, solo se cortará un mínimo de cada uña.