Se quedó 12 días con nosotros, desde el primer día comenzamos a trabajar con el, no había tiempo que perder…
nuestros perros de terapia se mostraban indiferentes a su presencia, se alejaban de él. La energía fuerte e inestable que derrochaba era enorme y los animales, los cuales se nutren unos a otros con su estado de ánimo y energía, si notan inestabilidad se alejan
para no alimentarse de ella.
Solo con fijarnos en ellos, en su convivencia los primeros días, y en su convivencia los últimos días fue precioso la manera en que se fueron juntando a Rony, ofreciéndole su compañía y juegos según su estado emocional se fue equilibrando.
Para esto, a parte del trabajo profesional de terapia diario de David, nos apoyamos en paseos en manada, sociabilización con otros perros (por miedo de sus dueños el perro tampoco sabía estar con otros de su misma especie), salidas a la sierra, al río al embalse, al campo, convivencia familiar, ejercicios de olfato…. mucha variedad, con la intención de abrir su mente, retornarle a su estado natural (la ansiedad solo la crea el humano) y bajar el ritmo en general de su metabolismo. Este perro vivía la vida de una forma acelerada y estresada.
Os dejamos el vídeo de su recuperación.