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Necesitamos que el Estado mire por los amantes de los animales y por éstos mismos y creen la Seguridad Social para mascotas. Pero más lejos de que eso ocurra, no es ninguna moda ni extravagancia contratar un seguro para mascotas que cubra en caso de enfermedad o accidente a nuestro mejor amigo llevándolo al veterinario, responde a una necesidad de muchos de los dueños.
Existen motivos fundamentados para contratar un seguro para nuestras mascotas en el artículo 1905 del Código Civil que hace responsable al dueño de los daños que los animales pudieran ocasionar.
Ellos son los que nos alegran las mañanas y nos reciben todos los días a la vuelta del trabajo mostrándonos todo su cariño, y por ello deberíamos buscar lo mejor para él. Casi nadie se sorprende de que nuestras mascotas tengan un seguro de salud ya que éstas también enferman y queremos que tengan todas las atenciones que puedan necesitar, consultas, especialistas, ... Por eso las principales compañías aseguradoras han creado un producto con el que puedes estar tranquilo a la hora de llevarlo al veterinario sin que suponga un gasto extra.
En España están registrados casi cinco millones de perros y gatos y para ellos existen varios tipos de seguros que son pólizas veterinarias que cuidan de las mascotas como un seguro médico más. En España, este tipo de seguros son casi una novedad, pero en Inglaterra y Estados Unidos son los quintos más vendidos. Son muy similares al seguro de salud que pueda tener contratado cualquier persona; se paga una cuota anual a cambio de tener cubiertos los gastos veterinarios, teniendo en cuenta que no existe una Seguridad Social animal.
Existen dos tipos de seguros veterinarios. Por una parte está el denominado libre, en el que el dueño de la mascota elige a su veterinario de confianza y después la compañía le reembolsa las facturas hasta 1 000€ al año (o 2 000€, según los casos). El precio medio de este tipo de seguros está entre los 150 y 200 euros por año, que pueden ser pagados trimestral o semestralmente.
El segundo tipo es más restrictivo que hace que sea el tipo más barato. Para recibir el importe de la factura, el usuario sólo puede ir al veterinario que le corresponda de entre los concertados por la aseguradora.
Teniendo en cuenta que según las estadísticas dicen que el promedio de visitas es de dos por año, con una solo urgencia amortizas el seguro adquirido, y es un respaldo que tienen nuestros amigos peludos.
Los usuarios de los seguros veterinarios dicen que su experiencia es muy positiva. Uno de ellos cuenta que en una ocasión tuvo que llevarlo al veterinario de urgencia, y entre radiografías, operación, y la noche en la clínica, la factura ascendía hasta casi 900€ que más tarde le devolvió el seguro. Al dueño de Morgen, un bóxer que falleció con trece años, le avisaron de que mirase su póliza por si acaso le reembolsaban los gastos. Al fallecer su mascota, le pagaron incluso la incineración.