Los perros y los gatos pueden sufrir enfermedades víricas y bacterianas que son fácilmente evitables mediante un correcto protocolo de vacunación para gatos. Igual que en las personas se vacuna contra el tétanos, la viruela, o la hepatitis, nuestros compañeros felinos y caninos, deben ser vacunados contra las enfermedades más comunes. Por su propio bien, puesto que hablamos de enfermedades relativamente comunes y en su mayoría graves; y porque la ley lo exige en el caso de determinadas enfermedades.
Los gatos cumplen las mismas directrices que los perros, con alguna excepción.
Las enfermedades de que se vacuna:
Rinotraquítis: causada por herpesvirus felino I, y cursa con un cuadro respiratorio de vías altas y problemas oculares. Muy frecuente.
Calicivirosis: causada por Calicivirus cursa con un cuadro respiratorio de vías altas y problemas en la mucosa oral, auqnue puede cursar con problemas oculares.
Panleucopenia: similar a la parvovirosis canina. Cursa con diarreas e inmunosupresión.
Estas tres enfermedades se protegen con la trivalente felina, y digamos que es la vacuna obligatoria en gatos. No evita la infección, pero sí la enfermedad, en el caso de los procesos respiratorios, por lo que los gatos que han pasado la enfermedad y por tanto son portadores del herpesvirus y el calicivirus, se deben vacunar para evitar recaídas. Por el contrario es muy eficaz frente a la panleucopenia.
Leucemia felina: retrovirus que cursa con inmunosupresión y enfermedades secundarias asociadas, y puede cursar con leucemia o linfoma (un tipo de cáncer). Se transmite por contacto estrecho con animales afectados, y la vacuna presenta la particularidad de que 1 de cada 10.000 animales desarrolla un tumor en el sitio de inyección de la vacuna. Por lo que se recomienda vacunar sólo a los animales que están en riesgo (animales de vida libre).
Rabia: obligatoria por ley (según comunidades autónomas), aunque al ser animales de iso, muchos propietarios optan por no ponerla.
PIF (Peritonitis infecciosa felina): enfermedad vírica que cursa con granulomas y efusiones en cavidades. Mortal siempre. No es una vacuna muy efectiva, de modo que se recomienda sólo en criaderos de gatos que hayan tenido el virus (es un virus muy resistente). Tiene la particularidad de que no se inyecta, si no que es un spray nasal.
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