Hay veces en que necesitas que tu perro se quede inmóvil. ¡Figúrate! Si se estuviera quieto en determinadas circunstancias no pisaría el suelo que acabas de fregar, ni estorbaría mientras cocinaras, incluso sería bueno a la hora de ir al veterinario…
Lo mejor de todo es que tu perro PUEDE quedarse quieto, si le enseñas cómo hacerlo.
Hazlo, y conseguirás que las visitas al veterinario sean mucho mejores, que tu perro no te moleste mientras estás ocupado, incluso que tus visitantes queden maravillados de cómo tu fiel amigo permanece inmóvil incluso cuando tiene la comida frente a sus narices.
Así es como se aplica a ti, amigo mío: enséñale a quedarse quieto, y no volverás a tener a tu perro entre los pies, no volverás a tropezar con él, ni te pedirá a la mesa, ni el veterinario tendrá problemas para examinarlo.
Y te lo digo de verdad, no es difícil conseguir esto. Puede que tu perro parezca un saco de nervios que nunca se queda quieto mucho rato, pero te sorprendería saber lo que el adiestramiento y las recompensas pueden hacer con el comportamiento canino. Está demostrado que estas técnicas pueden lograr maravillas con los perros con el peor comportamiento, ¿qué no iban a hacer con tu fiel amigo peludo?
Y esa es la base para conseguir que aprenda a estarse quieto: recompensa, recompensa, recompensa.
Te dejo algunos consejos para que veas cómo funciona:
- Recompensas. Como he dicho, recompensas. Cuando tu perro se quede quieto aunque sea por un instante, prémialo. No siempre tiene que ser comida, a veces tus caricias o tus palabras cariñosas y alegres son más que suficiente.
- Empieza a practicar. Dile “quieto”, y si permanece inmóvil le das su recompensa. Hazlo en distintas situaciones, con comida cerca, cuando hay alguna distracción, pero empieza estando a solas con él para que entienda el concepto de la nueva orden.
- Alarga el tiempo. A la hora de enseñarle el truco a tu perro, una vez ya entienda la orden, alarga el tiempo entre obedecer la orden y recibir la recompensa. ¡No esperes que la primera vez aguante una hora! Ve poco a poco: cinco segundos al principio, al cabo de unos días alarga a quince, y así hasta que tu perro aprenda a estar quieto tanto tiempo como necesites.
No es difícil. Necesitas paciencia, sí, y muchas ganas de estar con tu perro, pero eso ya lo tienes, ¿no es verdad?
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Marcos Mendoza