@the_blueboys
Debemos partir de la base de que el veterinario es nuestro mejor aliado para la salud de nuestro perro. De eso no hay duda, sin embargo, nuestro perro no opina lo mismo desde la primera vacuna a la que es sometido, por eso, debes ayudarle a reducir ese miedo de diferentes formas:
El veterinario debe colaborar a reducir ese terror. Hay profesionales más amorosos y profesionales más secos. En este caso, dar con un veterinario amoroso, que cuide de sus pacientes de la forma más cariñosa posible es fundamental para que tu perro se sienta cómodo. Un pequeño detalle que no todos los veterinarios hacen es dar una pequeña golosina en cada visita. Si tu perro asocia el veterinario con una golosina, la visita ya habrá valido la pena. Pero si tu perro va al veterinario y todo lo que recibe es una experiencia no muy agradable, no querrá volver ni por asomo.
No lleves a tu perro al veterinario con mucha energía. No, porque la energía se convierte en ansiedad. Por eso, antes de cualquier visita al veterinario, lo suyo es (siempre que su salud se lo permita, por ejemplo, vacunaciones, revisiones, etc.), que agotes a tu perro antes de la visita. Nada como unas buenas carreras o un paseo bien largo para que tu perro vaya de forma más relajada al veterinario. Evidentemente, ante una urgencia o un problema de salud que no permita a tu perro agotar esa energía no se podrá liberar esa ansiedad de forma tan sencilla, sin embargo, siempre puedes recurrir a la homeopatía para reducir ese estrés.
Lleva golosinas siempre en el bolso. Anima a tu perro y hazle ver lo orgullos@ que estás de él por su comportamiento en el veterinario. Hay perros que se paran en la puerta del centro y no quieren entrar. Bueno, pues ayúdale con golosinas para perros a conseguir pequeñas metas: a entrar dentro del centro (dale la golosina y elógiale), a sentarse de forma tranquila, etc.
Adelántate al miedo de tu perro. Tú conoces mejor a tu perro y ayudar al veterinario es primordial. Por ejemplo, si sabes que tu perro odia que le corten las uñas, házselo saber al veterinario para que éste pueda cortarle las uñas de forma más sutil y de forma a que tu perro le quede la sensación de “no ha sido para tanto”. Si sabes que a tu perro le aterra que le cojan de alguna forma, informa al veterinario. Todo lo que puedas hacérselo saber para aliviar el miedo de tu perro es fundamental.
Ojo con las rutinas. Esto que parece una tontería es básico para que tu perro desarrolle más o menos ansiedad a la hora de ir al veterinario. Si, por ejemplo, tu perro nunca va en coche y solo va en coche cuando va al veterinario, no uses el coche, o úsalo más veces con tu perro que no sea solo y exclusivamente para ir al veterinario. Esto es solo un ejemplo, pero aplícalo a lo que podría ser una rutina para ir al centro veterinario. No hagas siempre el mismo recorrido, pasa por la misma acera en otros días y momentos para hacer cosas que diviertan a tu perro, no solo pases por esa acera para ir al veterinario, etc.
Vigila tus emociones. Hay propietarios que se ponen ya nerviosos cuando tienen que llevar a su perro al veterinario. ¿Has oído aquello de que los perros huelen el miedo? Pues es cierto. Ellos saben cuando estamos tristes, contentos, nerviosos, con miedo… Por tanto, intenta tomártelo de otra forma cuando lleves a tu perro al profesional. Si tú estás tranquil@, tu perro estará más tranquilo. Pequeños consejos que pueden dar grandes resultados a la hora de que tu perro vaya a sus visitas y consultas veterinarias.
Sandra Ferrer. Creadora del Programa de Educación Canino “Cómo Educar a un Cachorro”
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