Es necesario reflexionar al respecto: las consultas planificadas y constantes con el especialista de salud de animal ayuda a diagnostica, prevenir y detener afecciones en el bienestar de la salud de nuestro peludito. Ya que el veterinario examina el comportamiento del canino de forma continua y puede percibir los cambios en éste, haciendo posible la detección de sintomatologías que puedan indicar la presencia de alguna enfermedad en nuestro perro. En cambio si no lo llevas la enfermedad atacará por sorpresa…Y no habrá nada que hacer.
Bueno, a estas alturas entiendes la necesidad de llevar a tu perro al veterinario, ¿verdad? Es así como aseguras su salud y, en última instancia, ¡puedes llegar a salvarle la vida!
Pero hay más que debes hacer que sólo llevarlo arrastrando hasta la mesa del experto y sujetarlo mientras lo examinan…Tienes que conseguir que él SE PORTE BIEN durante estas visitas, que deben ser periódicas como mínimo de una vez al año.
Ahora quizá te preguntes por qué tomarte la molestia de enseñarle a tener un buen comportamiento a la hora de ir al veterinario, si al fin y al cabo es sólo una vez al año, ¿no? Bueno, ponte en situación.
Es la hora del veterinario. Llevas a tu perro. Está tan asustado que ladra, gruñe, tira de la correa, lloriquea y tienes que arrastrarlo por toda la consulta, y luego, ¡a subirlo a peso! Tu perro tiembla y trata de escapar, quizá se muestre agresivo con el veterinario, quizá se orine sobre la mesa…
Es una experiencia terriblemente traumática, ¿no te parece? Estoy seguro de que querrías evitarlo. Y la mejor manera es mostrándole que la visita al veterinario no tiene nada de traumático.
Aquí te voy a dejar algunos consejos para conseguirlo:
1. Ve al veterinario de vez en cuando…Sin necesidad. Entiéndeme: se trata de llevar a tu perro de paseo hasta el veterinario, hablar con el especialista, tal vez, que no relacione el lugar ni la zona con un trauma.
2. Cuando estéis en el veterinario NO MUESTRES NINGÚN TIPO DE NERVIOSISMO. No cambies tu actitud. No hay miedo ni ansiedad ni tampoco alegría. Es de lo más normal y por tanto no tienes que excitarte en ningún sentido. Eso lo mantendrá tranquilo a él.
3. Dale golosinas mientras estéis en el veterinario…SÓLO SI ESTÁ RELAJADO. Hazlo tanto si es de visita como si hay que entrar en la consulta. Así es como ve que tranquilidad significa algo positivo, mientras que el estrés no le reportará ningún beneficio.
Sigue estos tres pasos y mejorarás el paso de tu perro por el veterinario. Claro, también debes disponer un buen adiestramiento canino, completo y riguroso, pero ese tema se alargaría demasiado para un solo artículo.
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Marcos Mendoza