Muchos propietarios de perros se encuentran de pronto ante este dilema: tienen a su fiel mascota…¡y está a punto de llegar un bebé! Durante el embarazo muchos ignoran que puede haber problemas, pero cuando va llegando al final la mayoría tienen miedo de la llegada de su hijo, temen que ese perro de gigantescos dientes y poco cerebro le vaya a hacer algún daño. En muchos casos, los perros son abandonados sin compasión y desde luego sin que hayan intentado ser adiestrados primero.
Tienes un perro. Ha estado contigo durante mucho tiempo, en los buenos momentos y también, y sobre todo, en los malos. Él nunca te abandonaría, pero, claro, temes que llegue el bebé, las cosas cambien y el animal, pues al fin y al cabo es sólo un animal sin raciocinio, ataque a tu hijo por una cuestión de celos. Como hombre comprendo ese miedo, pero como adiestrador canino te puedo decir sin lugar a dudas que hay maneras de educar a tu perro para que acepte de buen grado al niño, siempre que estés dispuesto a entrenarlo.
El paso más importante es acostumbrar a tu perro a que haya niños pequeños en la casa, haciendo ruido y jugando. Lo ideal es que ya esté socializado, pero si no lo está, es un buen momento para comenzar. El animal debe saber que los niños son buenos, que se puede jugar con ellos y divertirse mucho. No debe verlos como una amenaza o una fuente de inseguridad, como sucede a veces. Por supuesto, lo ideal es traer niños a los que previamente se les haya explicado que no pueden golpear, arañar, gritar ni tirar de la cola al perro…Es bueno dejar que los chiquillos le den chucherías, para que los relacione con comida y golosinas.
Otra cuestión que debes abordar es la rutina. Eres consciente de que con la llegada del bebé la rutina en casa va a cambiar, ¿verdad? Y los perros son animales rutinarios, de comportamiento repetitivo, de modo que lo que debes hacer es prever el cambio y comenzar a implantarlo poco a poco durante el embarazo. El horario de la comida del perro, las horas de los paseos, el momento del día en que lo entrenas…No sólo eso, también pueden haber otros cambios sustanciales (de hecho, es bueno que los haya), como por ejemplo no dejar que entre en la que será la habitación del bebé, o entrar sólo cuando tenga permiso. Son cambios que puedes hacer perfectamente, poco a poco, para que cuando llegue tu nuevo hijo no sea una novedad tan radical.
Termina con cualquier juego que pueda enardecer el lado agresivo de tu perro. Me refiero a los juegos como tirar de la cuerda, por ejemplo, cosas que lo hagan intentar ganar una batalla con su dueño. Sustituye esas actividades por juegos productivos, como ir a buscar la pelota o rastrear chucherías escondidas. Piensa que tu hijo va a ser muy pequeño cuando llegue a casa, y si tu perro está acostumbrado a jugar con mucha fuerza puede hacerle daño sin querer, a no ser que le enseñes a eliminar cualquier tipo de agresividad durante el juego.
Como ves, no son pasos difíciles de llevar a cabo. Tienes que empezar pronto, para que los cambios sean paulatinos y tu perro se pueda acostumbrar. Con un poco de buen adiestramiento canino tu perro se acostumbrará, y cuando llegue el bebé simplemente tendrás que demostrarle que no va a quedar desplazado por el nuevo miembro de la familia.
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