El Boyero Australiano es un perro reciente, pero con una historia tumultuosa. En el siglo XIX, en Australia se necesitaba un perro pastor para el nuevo ganado que se criaba, y hubo muchas cruzas infructuosas con perros demasiado ladradores, perros silenciosos pero muy mordelones, perros cruzados con los dingos nativos…
Al final se logró la perfecta combinación de razas, entre las que encontramos el Collie escocés o el Dálmata, y encontramos a un perro valiente y enérgico, increíblemente inteligente, muy leal y activo.
Y lo cierto es que todas estas cualidades juntas lo hacen un perro no apto para cualquier persona. Tiene unas necesidades muy especiales: todos los perros necesitan ciertos cuidados, pero con individuos como el boyero australiano, es incluso más.
A los boyeros australianos les gusta mucho moverse, correr y pasear. Les gusta sentirse útiles, trabajar y hacer muchas cosas a lo largo del día, y su alto nivel de inteligencia repudia por completo las tareas monótonas y el aburrimiento. Necesita mucha estimulación a muchos niveles: necesita largos paseos, correr tras la pelota, buscar un tesoro escondido, jugar al escondite… necesita mucho movimiento, mucho estímulo tanto físico como mental.
Un Boyero Australiano al que no se estimula, un perro que se aburre y no gasta su energía, va a ser un animal frustrado, ansioso e hiperactivo: va a empezar a ladrar compulsivamente, a morderlo todo, a comer sin control, a cavar hoyos, e incluso a escapar de casa. Y esto, solo para empezar…
Estos perros no son felices solos, ni siquiera en grandes parcelas de terreno para que “corran a sus anchas”. Necesitan compañía, necesitan guía y cuidados. Necesitan, en definitiva, mucha atención.
Marcos Mendoza
PD: Puede que necesites una mano amiga si quieres tener un boyero australiano feliz y, sobre todo, sano. ¿Por qué no echas un vistazo por aquí? Es un buen lugar para empezar.