El Boyero de Flandes, a pesar de esa apariencia basta que le da su cuerpo cuadrado y potente, sus cejas espesas, su bigote con abundante pelo y su pelaje alborotado, es un perro tranquilo, reflexivo y equilibrado como bien sabe todo aquel que haya tenido la oportunidad de conocerlo.
Su lealtad y gentileza para con sus amos es enorme y, por eso nunca les dará la espalda ante cualquier problema. Para convencerse de su nobleza sólo es necesario observar su característica mirada profunda, inteligente y dulce.
Orígenes históricos
No se sabe muy bien cuál es su procedencia. Algunos piensan que es el resultado del cruce de una Pastor de Beauce con un Griffon. Otros, sin embargo, lo relacionan con el Pastor de Picardía, el Barbet y el Deerhound.
A principios del siglo XX existían varios tipos de Boyeros en la región de Flandes. Diezmada la raza durante la I Guerra Mundial, no pudo reconstruirse hasta 1923, gracias a algunos ejemplares que lograron rescatar y a la gran labor de los criadores belgas.
Larga experiencia profesional
Este can de corazón tierno es probablemente el mejor representante de los Boyeros. La misión de estos perros consistía en cuidar y conducir los rebaños de vacas, labor que ejercían con gran maestría gracias a su olfato, que es superior a la media. Dotados de valores morales y psíquicos excepcionales, también se utilizaban en la antigüedad como perro de tiro.Hace siglos, el transporte del ganado hacia los mataderos se tenía que hacer a pie por largos caminos. Esta tarea era responsabilidad de los vaqueros que, ayudados por sus perros, soportaban durante días y noches las inclemencias del tiempo. Los canes utilizados para ello eran, por lo general, los fabulosos Boyeros de Flandes.
Esta raza se caracteriza por un gran espíritu de iniciativa que le lleva a cumplir su misión sin necesidad de recibir órdenes, e incluso es capaz de ejercerla sin la presencia de su amo. Sabe perfectamente usar su masa y su fuerza para convencer, recuperar y llevar por el camino correcto a los animales que están bajo su guardia y custodia. Para ello los empuja hacia el grueso del rebaño, pero nunca los muerde.
Actualmente, como consecuencia de la evolución de la vida rural, y gracias a sus peculiares cualidades, se le conoce y aprecia en otras numerosas actividades. Por ejemplo, es un estupendo perro guardián ya que su impresionante estatura y sus sólidas mandíbulas le dan un aspecto feroz que asustaría a cualquier merodeador.
Además, es muy fácil de adiestrar porque goza de una gran inteligencia. También es muy común verle realizando la labor de un perro lazarillo o formando parte del cuerpo de policía en misiones de rastreo.
Durante la I Guerra Mundial sirvió no sólo como agente de enlace, llevando mensajes, sino que también ayudó a los servicios sanitarios del ejército en la búsqueda de heridos. Su esfuerzo, destreza y valor fueron tales que a punto estuvieron de exterminarse, ya que operaban en el corazón de los campos de batalla. Sólo 20 años después, en la II Guerra Mundial, su destino no fue muy diferente.
Características físicas y comportamiento
Su aspecto es rechoncho y potente, pero no da sensación de pesadez, sino que por el contrario desprende una asombrosa agilidad. Su mirada deja patente su inteligencia, valor y audacia. Su pelaje es abundante, áspero al tacto y debe medir aproximadamente unos 6 centímetros de largo. Es desgreñado, pero no tiene que ser lanoso y tampoco rizado. Algo muy característico de esta raza son sus barbas y bigotes abundantes y su piel oscura.
El Boyero de Flandes es muy deportivo y jovial, y adora el agua. Es una raza a la que le encanta la vida familiar y es gran devoto de su amo. Le encantan los niños a los que no tiene ningún problema en cuidar y con los que le encanta jugar.
El corte de orejas
Como les ocurría a la mayoría de los perros de guardia en la antigüedad, al Boyero de Flandes le tenían que hacer el corte en las orejas para evitar posibles heridas. Actualmente atiende a razones puramente estéticas.
La otectomía debe hacerse preferentemente antes de los tres meses y puede efectuarse a partir de la séptima semana. Tras el corte, la oreja no necesita cuidados ni curas especiales y el resultado serán unas orejas de forma triangular y muy rectas.
Imágenes: @Jotapegebe, de Flickr.com; Wikipedia.org