Por desgracia ya no es así, después de una campaña de cacerías emprendida por ganaderos y cazadores, todo ello con el visto bueno y autorización de la Xunta de Galicia, cuyos medios personales y técnicos, lejos de servir para proteger a los animales, sirvieron para conducir a los cazadores a las manadas, posiblemente, el último lobo ibérico del Barbanza ahora sea historia.
Todo comenzó en el verano de 2011, cuando ganaderos y comuneros del ayuntamiento de Porto do Son protestaron por unos ataques, supuestamente cometidos por lobos, a reses que se encontraban, en su mayor parte, sin unas mínimas condiciones de protección, y obtuvieron permiso de la Xunta de Galicia para hacer cacerías. Se realizaron varias batidas en el mes de julio en los montes de Baroña y alrededores en los que incluso mataron cachorros con dientes de leche. Un adulto también fue decapitado y su cabeza la llevaron de trofeo.
Cachorro de lobo asesinado en las batidas de 2011.
En septiembre hicieron esperas para matar más lobos, la persecución al cánido parecía no tener fin. En diciembre de 2011, grupos de ganaderos, a los que se habían sumado agrupaciones del ayuntamiento de Boiro, pedían a la Xunta permiso para hacer más batidas, según ellos, ?era necesario reducir la cabaña de lobos?, todavía más.
Volver a autorizar batidas justificándolas en ataques a ganado no era cómodo para la Xunta de Galicia. Las organizaciones ecologistas estaban recordando a la administración autonómica que el exterminio de los lobos no es la solución. Lo que debían hacer los ganaderos era cuidar sus reses, sobre todo en los primeros meses de vida, y no dejarlas totalmente desamparadas en el monte.
En los montes y caminos barbanzanos cientos de potros y terneros vagan día y noche sin ningún tipo de protección por parte de sus propietarios
Pero la Xunta de Galicia encontró en una supuesta existencia de híbridos (cruce de lobo y perro), una nueva coartada para continuar con las matanzas de cánidos en los montes barbanzanos. Aprobó un plan, que se puso en marcha en marzo de 2012, en el que encargaba a los cazadores del lugar el exterminio de la supuesta población de híbridos. Según ellos, no lo hacían para liquidar a los molestos lobos, sino para proteger ?la pureza de la especie?. La Xunta de Galicia justificó este plan de aniquilación en un estudio publicado en la revista Molecular Ecology sobre los híbridos entre perros y lobos del noroeste peninsular en el que habría participado Carlos Muñoz, jefe del Servicio de Conservación da Natureza de la Xunta de Galicia. Sin embargo, ni Carlos Muñoz había participado en ese estudio ni existía ningún dato de hibridaciones en el Barbanza, como posteriormente declaró su principal autora Raquel Godinho del instituto portugués en Oporto, el CBIO/CMT.
Por supuesto, los responsables de la Xunta no explicaron, ni parece que les importara, como harían estos cazadores para distinguir, en medio de una batida o una espera, a un lobo de un supuesto híbrido, toda vez que incluso los expertos necesitan análisis genéticos para hacerlo. Asimismo el Director Xeral de Conservación da Natureza Ricardo García-Borregón reconoció que tecnicamente era posible capturar vivos a los animales, pero preferían dejar el asunto en manos de los cazadores. La consigna parecía clara, disparar y después ya se vería si era lobo puro o no.
Ricardo García-Borregón, D.X. de Conservación da Natureza reconoció que, en las cacerías contra supuestos híbridos, los lobos ibéricos también corrían el riesgo de ser disparados y que técnicamente era posible capturar a los ejemplares vivos. Pero ni siquiera lo intentó.
Hubo una gran contestación social por estas matanzas. Los protestas ocuparon multitud de titulares en prensa, radio y televisión. Se organizó una manifestación en Ribeira para pedir a la Xunta que diera marcha atrás. En un intento desesperado por salvar a los últimos lobos ibéricos del Barbanza, 33 asociaciones ecologistas y animalistas de Galicia presentaron un escrito, ante el Consellería de Medio Ambiente, solicitando el cese de las cacerías. Fue inútil. La suerte de los animales estaba echada.
Manifestación en Ribeira pidiendo a la Xunta de Galicia el cese de las matanzas. Abril de 2012.
Al mismo tiempo que los cazadores salían al monte con sus escopetas a ejecutar la sentencia de muerte autorizada por la Xunta, empezaron a aparecer lobos ibéricos y otros cánidos muertos, unos en lazos colocados en cierres de fincas de ganado mostrenco y otro ejemplar de lobo muerto en un camino próximo.
Una loba ibérica muerta, estrangulada por un lazo de acero en una finca de ganado mostrenco en Boiro.
Uno de los mayores expertos de lobos de España, Felipe Bárcena, indignado por este exterminio, legal e ilegal, declaró en mayo de 2012, ?En Barbanza hay intereses que nadie quiere explicar. En el Barbanza se quiere imponer la proliferación de ganado ovino. Por eso, las autoridades, o quien sea, tendrían que ser mucho más claras para evitar sospechas?.
Felipe Bárcena, uno de los mayores expertos en lobo ibérico de España, indignado por las matanzas de lobos, declaró, ?En Barbanza hay intereses que nadie quiere explicar?.
Poco después de estas palabras de Felipe Bárcena, en las dependencias de la Agencia Galega de Desenvolvemento Rural (Agader), el 1 de junio de 2012, se firmaba un acuerdo de cesión de 200 hectáreas de terreno de la Comunidad de Montes de Baroña (que habían solicitado batidas contra los lobos) al empresario austríaco Andreas Rohregger para la cría ecológica de ganado ovino, vacuno, porcino y avícola.
En julio de 2012 este ciudadano austríaco constituía, con un capital social de 3.006 euros, la empresa Ganadería Tierra Celta SL para la cría de ganado en esos 2.000.000 de metros cuadrados cedidos por la Comunidad de Montes de Baroña.
Ahora, muy cerca de donde hicieron batidas para matar a los lobos, han colocado carteles con la leyenda: ?Tierra Celta, Gandería ecolóxica?.
Seguimos esperando explicaciones?
http://blogueiros.axena.org/2012/10/10/asesinos-de-lobos-en-el-barbanza-xxxiii-%C2%BFpor-que-asesinaron-a-los-lobos-del-barbanza/