@peterparkerstevenson
Hay perros que nunca se pelean y de repente un día nos sorprenden con un encontronazo con otro perro, y hay perros que en cada salida buscan a una víctima con quien pelear. Sea como fuere, antes de que se dé la pelea, debemos aprender a leer las señales que indican que la pelea está a punto de producirse:
Observa que el encuentro entre ambos perros se da de forma relajada o curiosa. Si observas que ambos perros están demasiado tensos, erguidos, con el pelo del lomo erizado y con la cola recta y levantada moviéndose, distrae a tu perro llamándolo u ofreciéndole algo, porque el encuentro tiene pinta de no ser muy agradable.
Evita siempre que tu perro o el otro perro se monten. Montar es una clara señal de dominancia, y entre desconocidos, la dominancia no se lleva nada bien. Anticípate observando que hacen círculos con la cola recta, erguida y moviéndose y con intención de levantar la pata para montar. Evitálo porque tras la monta puede desencadenarse la pelea.
Ten cuidado con los juegos. Es posible que durante los juegos suba la tensión: escucha los gruñidos, si las mordidas ya no son tan suaves y hay avisos con los dientes. Aunque los juegos se inicien de forma divertida, la lucha por una pelota o un simple palo, puede acabar como el rosario de la aurora.
Anticiparte a una pelea es fundamental para que ésta no se lleve a cabo, sin embargo, hay veces que llegamos tarde y la pelea explota. ¿Cómo podemos pararla sin que resulte nadie herido?
Que no cunda el pánico e intenta actuar con la mente fría. No grites, no utilices la fuerza y mucho menos utilices la violencia para separar a algún perro. Lo único que conseguirías es animar al perro a que fuera aún más feroz en su lucha.
Tampoco dejes que los perros se peleen y que arreglen las cosas por ellos mismos, porque el resultado final podría ser fatal.
No agarres nunca por el collar al perro, porque sin que quiera hacerte daño, su primera reacción sería morderte.
Desenfoca el foco de atención que tienen ambos perros: para ello utiliza agua, una manta, toalla o sábana que puedas echarla por encima, un sonido estridente que les asuste o, si estás en casa, llama al timbre. De lo que se trata es de desenfocarlos aunque sea de la forma más tonta.
Si estás en la calle, es complicado tener a mano algunos de los elementos que te he comentado. En ese caso, ordena al propietario del otro perro u a otra persona que a la vez cojan a ambos perros por las patas traseras y las levanten mientras se camina hacia atrás para separarlos. Esta acción desestabilizará a ambos perros, pero debes tener sumo cuidado para que el perro no acabe mordiéndote a ti. Para ello, y sin soltar las patas traseras ve girándolo lentamente hasta que se calme.
Tras cualquier pelea, coloca la correa al perro y apártalo de la zona bélica hasta que se calme, lejos de la visión del otro perro. Una vez haya tenido lugar una pelea, es mejor regresar a casa a una zona que para el perro sea de confort. Con la excitabilidad del momento, sería muy posible que volviera a pelear.
Para evitar una pelea, lo mejor es observar a tu perro y leer sus señales. Nadie conoce mejor a tu perro que tú, así que ante cualquier interacción con otro perro, traduce las señales de comunicación que transmite y evita situaciones que pueden acabar en la consulta veterinaria.
Sandra Ferrer. Creadora del Programa de Educación Canino “Cómo Educar a un Cachorro”
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