Además, hay que tener en cuenta que estos días van a influir mucho en el desarrollo de su futuro carácter, así que debemos ser cuidadosos y seguir los consejos de los expertos. Los vemos con detalle en este artículo.
Cómo prepararnos para la llegada del cachorro
Antes de nada, hay que pensar en preparar la llegada del perro desde los días previos. Así, tenemos que ir sopesando qué va a necesitar, dónde va a dormir, qué va a comer, a qué veterinario le vamos a llevar, etc. Esta es una lista de lo que debemos tener en casa cuando entre por la puerta:
- Transportín para poder desplazarlo legalmente en coche.
- Cama o manta donde pasará las noches (hay que situarla lejos de fuentes de calor, frío o de corrientes de aire).
- Comida de gama alta para cachorros.
- Comedero y bebedero, con base antideslizable preferentemente.
- Cepillo para el pelo, cepillo de dientes, jabón especial para perros.
- Collar o arnés.
- Correa.
- Collar Adaptil Junior con feromonas de apaciguamiento canino para ayudarlo a superar los retos que suponen la llegada a casa.
- Datos del veterinario al que vamos a acudir e información sobre la desparasitación y el calendario de vacunación.
- Botiquín de primeros auxilios.
- Juguetes y premios (galletas o chuches para perros).
Asimismo, si tenemos hijos, tenemos que explicarles muy bien, y antes de que llegue, qué supone tener un perro y las responsabilidades que conlleva. De todos es sabido que crecer junto a un perro es una experiencia muy enriquecedora, pero los pequeños deben saber respetar al animal y colaborar en sus cuidados.
¡Hay que poner normas! Los niños tienen que aprender a respetar los tiempos y el espacio del perro: no coger su comedero mientras lo está utilizando, no subirse encima, no tirarle de las orejas... Para evitar situaciones de conflicto y sustos, al principio tendremos que estar muy pendientes de las reacciones de los dos cuando estén juntos.
Cómo actuar el día de la llegada
Tranquilidad es todo lo que necesita. No conviene hacerle una fiesta de bienvenida, tampoco levantaremos la voz ni haremos gestos exagerados. Lo que hay que hacer es actuar con naturalidad y de forma sosegada. Desde el momento en el que llegue a casa le dejaremos oler e investigarlo todo: rincones, objetos y personas. Para ayudarle a sentirse seguro, hazle caricias y regálale palabras de aliento. ¡Si percibe tu cariño te lo habrás ganado!
Si viene de estar con su madre, sin duda alguna la echará de menos, sobre todo al caer la noche. Por eso debemos tener claro de antemano si vamos a dormir con él o no y ser firmes en nuestra decisión. Si hemos pensado que descansará en la cocina, en un baño o en cualquier otro sitio que no sea nuestra habitación, lo mejor será intentar no hacerle mucho caso cuando llore. Para que no lo pase mal, podemos habilitarle una manta o una camita con un juguete y un despertador, ya que el sonido le recordará al latido del corazón de su madre. Aunque ignorarle pueda resultar un poco frío, lo cierto es que muy pronto se habituará y comenzará a dormir tranquilamente. Es cuestión de tiempo y paciencia.
Cada vez más personas deciden dormir en la cama con su mascota, esto depende de las preferencias personales de cada uno. En todo caso damos por hecho que el perro va a estar correctamente desparasitado, vacunado, cepillado y limpio.
¿Qué puede salir mal?
Desgraciadamente, algunas personas deciden devolver al perro al refugio donde lo han adoptado. De ellas, El 42% lo hace motivados por el mal comportamiento del perro. Y es que una mala adaptación suele conllevar ciertos problemas, pero, tranquilos... ¡se pueden prevenir! Estos son algunos de los más habituales:
- Ansiedad por separación. Es un mal muy común y se trata, básicamente, del malestar, nerviosismo y tristeza que padece un perro cuando no está con su dueño. Apatía, tristeza, lamerse excesivamente, ladrar de manera constante, destruir objetos, hacer sus necesidades en lugares inapropiados... Los síntomas son muy variados. En caso de producirse, es conveniente contactar con nuestro veterinario o con un educador canino para que nos ayude a solucionarlo.
- Estrés motivado por el cambio. Al igual que a las personas, a los perros tampoco les resulta fácil adaptarse a los cambios. Dejar a un lado a su madre, el hogar o refugio de donde vienen, y comenzar a vivir en otra casa, con personas a las que no conocen y con nuevas reglas es todo un reto para ellos. Por eso, como dueños, debemos ser conscientes de esto, por lo que deberemos estar tranquilos y tratarle con serenidad, cariño y firmeza.
- Socialización incorrecta. Es algo que hay que evitar a toda costa. Un cachorro mal socializado puede volverse un adulto problemático e, incluso, agresivo. Así que, si queremos evitar disgustos futuros, es importante que nos informemos bien sobre todo lo necesario para que tenga una buena educación. Además, es absolutamente imprescindible que desde el principio esté en contacto con otras personas y perros .
Una medida infalible
Además de todo lo comentado, existen otras soluciones que nos brindan el campo de la salud animal y la tecnología. Y es que gracias a las investigaciones y avances en estos campos, hoy en día podemos encontrar productos en el mercado, como Adaptil Junior, que nos pueden ser muy útiles, ¡Y de qué manera! Adaptil Junior es un producto se lanzó el pasado año y que tiene como objetivo, precisamente, ayudar a los cachorros a adaptarse a su nuevo hogar.
¿Cómo lo consigue? A través de un collar que libera feromonas de apaciguamiento canino. Es decir, lanza al aire una sustancia volátil con señales químicas que son percibidas por el perro (y solo por el perro, ya que no desprenden ningún olor), aportándole un 'mensaje de seguridad' como el que le transmite su propia madre.
Gracias a estas feromonas, el perro se adapta mejor a los ruidos fuertes, se queda solo en casa más tranquilo, duerme sin llorar por las noches, socializa mejor con otros miembros de su especie y promueve un mejor aprendizaje. Parece increíble, ¿verdad? ¡Pues funciona!
Puedes obtener más información en Adaptil.