Intentar hacer que nuestro dijo logre relacionarse con el gato es algo sencillo si conoces bien a tu felino. Si tienes un gato sabrás que la llegada de un bebé supone cambios para toda la familia. Si seguimos unos sencillos consejos conseguiremos mantener el bienestar de nuestro querido felino sin descuidar la seguridad del niño.
Saber que la llegada del primer bebé conlleva numerosas emociones y cambios, sobre todo a relacionarse con el gato, nuestro animal de compañía que hasta el momento era el centro de la atención y de los mimos, puede sentirse relegado y notar nuestro nerviosismo.
Tienes que saber que para relacionarse con el gato no son amantes de los cambios bruscos sobre todo en su territorio,si la llegada de un bebé va a suponer cambios en alguna de sus rutinas,se deben realizar con suficiente antelación.
Una recomendación es permitir que el gato entre en contacto con los muebles y objetos nuevos del cuarto del bebé, hay que permitirle explorar y participar. Estas visitas serán controladas y supervisadas y por supuesto habrá que restringir las entradas al cuarto por motivos de seguridad, pero por lo menos el espacio no le resultará extraño.
También podemos impregnar algunos sitios de la casaconla colonia del bebé o un poco de polvos de talco, para que vaya acostumbrándose a los olores que rodearán al niño.
Sobre todo no debemos olvidar prestar atención al gato, debemos seguir dedicando unos minutos al día a jugar y mimarlo para que se siga sintiendo querido.
La llegada a casa
Mientras el bebé está en la clínica
Los días que el bebé está en la clínica es una buena idea llevar a casa alguna mantita o ropita usada por el pequeño y ofrecérsela al gato para que la olisquee, mientras hacemos esto debemos mimar y dar golosinas al gato, de esta manera el animal asociará ese olor con cosas positivas desde el principio.
La presentación
Las primeras reacciones dependen del temperamento habitual del gato, los gatos sociables y curiosos se acercarán a conocer al recién nacido, debemos actuar con calma, hablando con suavidad y acariciando al gato, si trata de tocar al bebé con las patas lo apartaremos con suavidad sin asustar ni castigar al animal.
Si se da el caso que elgato se asusta del bebé y se esconde no debemos forzar de ninguna manera el contacto, debemos dejar que gradualmente supere su miedo y se acerque por su propia voluntad a conocer al pequeño. Si todo va bien no hay que alargar el primer contacto, hay que dejar que todo el proceso se lleve a cabo de forma gradual.
Las visitas
Como es natural los primeros días vendrán familiares y amigos a conocer al niño, seguro que pueden dedicar unos segundos a mimar o dar una golosina al gatito, de esta forma no sentirá celos.
Importante: NO encerrar, gritar o dejar de darle cariño al gato cuando llegue el niño a casa. Hay que actuar con él como siempre y sacar unos minutos al día para prestarle atención, a ser posible cuándo el bebé esté presente, de esta forma relacionará la presencia del bebé con cosas positivas.
Importante: jamás dejar juntos un niño pequeño y un animal sin la supervisión de un adulto.
Las cinco claves para una buena convivencia son:
- Realizar los preparativos con antelación
- Actuar con calma
- Presentar el niño al gato de forma gradual
- Supervisar a ambos en todo momento
- Conseguir que el gato relacione la presencia del niño con cosas positivas.
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