El proceso de introducción del bebé a una casa debe comenzar antes de su nacimiento. En este procedimiento se deben seguir varios pasos.
- En primer lugar, como condición indispensable, cualquier propietario en estas circunstancias debe asegurarse de tener un buen control sobre su perro mediante una educación básica. Este proceso, cuando se parte de cero, nos ocupará aproximadamente un mes.
- Antes de llegar el bebé se debe establecer un horario regular de alimentación del perro y paseos que se ajuste a la realidad de las futuras circunstancias.
Deberá respetarse cuando el niño esté presente. Incluirá de uno a dos paseos diarios de una duración de cinco a diez minutos, dedicados exclusivamente a atender las necesidades del animal.
Durante esos paseos, se ha de acariciar al perro, cuidarlo, hablarle despacio y cariñosamente, jugar con él y sus juguetes, darle masajes y todo aquello que al propietario le apetezca y sepa que a él le gusta.
Para llevar a cabo este intercambio con éxito, hay que buscar los mejores momentos del día, aunque sea levantándose cinco minutos antes. Al dueño también le servirá para relajarse. Esta es una buena manera de indicar al animal que, a pesar de todo lo que está sucediendo, él también es importante y cuenta para la familia.
El cambio de horarios hay que realizarlo lo más pronto posible. Un buen momento sería al comenzar la educación básica o al reforzarla, si el perro ya está educado. Para que el paseo del bebé en cochecito acompañados del perro no suponga un esfuerzo extra, debes enseñársele a caminar a un lado con correa antes del nacimiento del niño. Esto contribuirá a tener un buen control sobre el animal.
El olor del bebé
Las áreas donde permanece el bebé tendrán un olor característico al emanado por los artículos que utiliza el niño (pañales, lociones, polvos y otros objetos), que es interesante para el perro.
Se ha de permitir que éste se acostumbre a ellos olfateándolos antes de la llegada del bebé. El propietario puede también manosearlos e impregnarse de su olor para que el perro le huela.
Igualmente, los objetos o la ropa del bebé pueden ser atractivos para el perro, por lo que permitiremos que juegue con ellos enseñándole modales y utilizando las órdenes básicas.
Cuando el bebé esté presente, tomaremos algún objeto o ropa que el niño ha usado y se los enseñaremos al animal para que se familiarice con ellos y sepa que también hay un niño involucrado en la familia.
Tener la precaución de realizar los arreglos necesarios para que el animal pueda estar separado de las visitas o del bebé en algún momento, es un aspecto importante.
Estas modificaciones, sin embargo se han de realizar antes de la llegada del niño, para que el perro pueda acostumbrarse y no se sorprenda.
No es aconsejable llevar a la mascota a una residencia canina. Es preferible tener al perro vigilado dentro de casa por que esto disminuye la tensión. Los perros incrementan la tensión en las perreras o residencias y se vuelven temerosos al regresar al hogar, por lo que pueden asociar su estado de miedo con la llegada del bebé.
La entrada en casa del bebé
Cuando el bebé entre en casa, el propietario necesitará ayuda. Debe poder saludar y prestar atención a los animales sin tener que decirles que se marchen, o arriesgarse a intervenir porque estén molestando al bebé. Alguien debe poder sostener al bebé mientras el dueño saluda a sus mascotas.
Si se trata de un animal que salta al saludar, se le debe poner en otro cuarto hasta que todo esté tranquilo y el propietario pueda entrar a saludarlo.
Si el animal es difícil de controlar debe colocársele una correa pero, antes, hay que saludarle de forma efusiva. Sólo debe empezar la presentación de los animales al bebé cuando todo esté tranquilo y bajo control, con los animales callados y en calma, cuando todo regrese a una situación normal. Este proceso puede durar de unos 15 a 30 minutos.
Una vez estemos listos para comenzar con la presentación de los animales, alguien debe hacerse cargo del bebé para que el propietario pueda supervisar al perro. El animal puede oler y explorar al bebé. Si se manifiesta temeroso del niño, es aconsejable hablar suavemente con él, frotarlo, darle masajes y animarlo para seguir oliendo al bebé.
No hay que sostener ni mover al pequeño en el aire delante del perro, pues podría incitar al animal a arremeter contra el niño. Esta es una conducta inapropiada y potencialmente peligrosa.
En todo momento debe haber tranquilidad y la situación ha de estar totalmente controlada. Aunque un lametazo pueda ser aceptable, se debe detener al animal al instante.
Si se presentan lloros o gruñidos al bebé, hay que ser capaz de corregirlos verbalmente. Si no es así, el dueño ha de colocar al animal en otro cuarto hasta que esté tranquilo. Cuando se calme, se podrá probar nuevamente la presentación.
El propietario ha de recordar que debe impedir cualquier conducta errónea, antes de que se produzca, sobresaltando al animal para que cese, y entonces, reforzar otra conducta más adecuada.
Medidas de control entre el perro y el bebé
Si el dueño está solo durante las primeras semanas, los animales deben estar guardados en presencia del niño.
Es imposible atender a los dos y tener la seguridad de poder reprimir una mala conducta del perro.
También es importante considerar el estado de la correa y su longitud que, en caso necesario, se podría utilizar para tener bajo control al perro en presencia del bebé. De esta forma, el animal puede estar cerca del niño y el dueño puede acariciarlo, pero el perro no puede arremeter para localizar y alcanzar al bebé.
Es erróneo pensar que el bozal evita posibles lesiones. El cráneo de un niño es muy débil como para soportar una envestida de un perro y puede llegar a producirse una fractura sin que hubiese intención. Un bozal puede prevenir una mordedura, pero no disuade al perro de arremeter contra el niño.
Bajo ninguna circunstancia un animal doméstico puede dormir en el mismo cuarto que un niño. Es aconsejable usar un intercomunicador para poder cerrar la puerta de la estancia del bebé mientras duerme. Si después de 3 semanas, el animal acepta al bebé sin presentar malas conductas, se puede estar tranquilo. No obstante nunca hay que dejar solos al animal y al niño.
Imagen perro y bebé: squant / flickr
Imagen mujer paseando perro: donjd2 / flickr
Imagen bebé sobre perro: Honza Soukup / flickr
Imagen perro oliendo al bebé: Jacobim Mugatu / flickr
Imagen bebé jugando y perro: Dan Harrelson / flickr