Los preparativos
Como ya hemos comentado con anterioridad, nuestros perros y (sobre todo) nuestros gatos son muy sensibles a los cambios. Por ello, es esencial que todas aquellas modificaciones que queramos hacer en casa y en nuestra rutina diaria las vayamos introduciendo durante el embarazo para que se vayan adaptando a ellas y no las identifiquen con el bebe.
Es muy habitual que tengamos que modificar el mobiliario: añadir la cuna, cambiar algún dormitorio, pintar, etc. Además, en muchas ocasiones eso supone que venga gente extraña a casa: montadores, pintores… y es mejor que esto se haga de forma progresiva si no llevan bien las visitas o los ruidos.
Una vez colocado el mobiliario, les dejaremos que lo huelan e investiguen para se vayan habituando a él. En el caso de los gatos puede ser de gran ayuda colocar un rascador en esa habitación para que pueda marcar el territorio sin utilizar otro mobiliario… A nosotros nos ha venido de cine y lo han usado muchísimo, tanto que vamos a tener que renovar uno de los postes.
Además, conviene colocar en esa habitación un difusor de feromona facial felina o frotar algunas superficies con un trapo tras pasarlo por las mejillas de nuestro gato para dejar su aroma y que le resulte conocido.
Por otra parte, debemos plantearnos que rutinas de salida llevaremos con nuestro perro cuando llegue el bebe. Es posible que debamos acortar algún paseo, cambiarlo de hora, salir por otros lugares… Siempre que nos sea posible, iremos adaptando estos horarios antes de la llegada para que nuestro peludo se vaya acostumbrando a los mismos.
Si tienes pensado que tus peludos no puedan entrar en alguna zona de casa tras la llegada del bebe, aunque esto no sea necesario, es importante que empieces a impedirles el acceso cuanto antes. De esta forma no asociarán este cambio a ese pequeño humano que tanto ruido hace y que acapara tu atención.
La llegada a casa
Mi recomendación es que la llegada a casa sea lo más tranquila posible. Tus peludos llevarán varios días sin verte y estarán deseando de que entres por la puerta por lo que puede ser positivo, sobre todo en el caso de los perros que se alteran más cuando llegamos a casa, que la madre entre primera y los salude tranquilamente hasta que se hayan relajado un poco. Si el padre tampoco ha pasado por casa en los últimos días, podemos dejar al bebe con los abuelos o tíos y entrar los dos hasta que la familia peluda esté más calmada.
Una vez relajados, mi recomendación es que entréis en casa solos los 3 sin acompañantes. Es un momento que requiere calma y tranquilidad por parte de todos y la presencia de más gente solo dificultará las presentaciones. Dejaremos que los gatos o perros olfateen al bebe con cuidado si lo desean, si no quieren acercarse no les obligaremos y les dejaremos su espacio, ellos decidirán cuando quieren interactuar.
Lo mejor es actuar con total normalidad sin impedirles que conozcan al bebe ni obligarles a ello. Todo llevará su tiempo y en cuanto vean que es un humano más pero en miniatura su curiosidad o su incertidumbre se reducirá.
Debemos tener claro que nuestros perros o gatos no sienten celos, esa emoción no existe para ellos. Sin embargo la llegada de un nuevo bebe con todo lo que ello supone si que puede ser estresante por lo que debemos ayudarles a superar esta etapa y adaptarse de la mejor forma posible.
Podemos ayudarnos de feromonas que les ayuden a estar más tranquilos (Como Feliway o Zenifel para gatos y Adaptil para perros) que colocaremos unas semanas antes del nacimiento. Además, intentaremos establecer una rutina de atenciones hacia ellos que se mantenga constante todos o casi todos los días. Por ejemplo, podemos decidir dedicar 10 minutos al juego todas las noches. No es tan importante el tiempo si no la constancia, es mejor que sean 10 minutos en lugar de 30 pero que lo hagamos todos los días y no uno si y 5 no.
Además, intentaremos evitar aquellas situaciones estresantes siempre que podamos. Si nuestros perros o gatos no llevan bien las visitas, intentaremos que la gente no acuda a casa y quedaremos con ellos en otro lugar como una cafetería o dando un paseo. Además, será esencial que nuestro gato cuente con un lugar seguro en casa donde poder refugiarse cuando lo desee.
Si aun así tienes dudas o tus peludos muestran algún cambio de comportamiento y no sabes como actuar ante él, acude cuanto antes a un etólogo canino o felino que te ayude a prevenir problemas o a actuar sobre los existentes lo antes posible.
Disfruta del momento y sigue tu instinto
La llegada a casa es un momento para disfrutar con tu familia humana y peluda y, cuanto más relajados estéis, mejor irán las cosas. Además, recuerda siempre que tu eres el que mejor conoces a tus perros o gatos por lo que te recomiendo que hagas oídos sordos a los comentarios de la calle.
Al igual que ocurre con el resto de aspectos, la gente te aconsejará y te advertirá de mil cosas en muchos casos sin tener conocimiento real sobre comportamiento felino o canino y a veces seguir esas pautas sin sentido es la causa de los problemas.
Si tienes cualquier duda acude a tu veterinario o a un etólogo, dependiendo del aspecto que desees tratar. Ellos te ayudarán en este proceso en el caso de que sea necesario y te darán toda la información que necesites al respecto.