Tu mascota depende de ti para sobrevivir. Junto con la alimentación, la higiene será un factor esencial para que tu pequeño amigo goce de un buen estado de salud. El hámster es, junto al gato, uno de los animales más limpios que existen. Asimismo, no desprende olores fuertes y se lava el pelaje continuamente.
Prepara la casa para tu amigo
Una vez que tengas la jaula, lo primero en lo que tienes que pensar es en cubrir el suelo de la misma para la comodidad e higiene de tu nuevo compañero. Son diversos los elementos que sirven para este fin: tierra gruesa, la famosa arena de la bandeja sanitaria de gato o, incluso, virutas de madera, material que gusta mucho a estos pequeños roedores.
Sin embargo, te recomendamos que no utilices nunca papel de periódico. El hámster es incansable y se entretendrá despedazando el papel y ensuciándolo todo. Recuerda que los materiales sirven para la comodidad e higiene pero también para la salud. En este sentido, la tinta del periódico puede resultar tóxica para su organismo.
Higiene de la jaula
Responsabilízate de llevar un perfecto control higiénico de la jaula, ya que es el lugar donde mayor tiempo pasa el hámster y, por lo tanto, el lugar que ensucia más. Es imprescindible que la limpies una o dos veces por semana. Utiliza un jabón suave para frotar todas las partes. Después, enjuágala con agua. No olvides que una vez al mes tendrás que desinfectar toda la jaula a fondo para evitar que aparezcan parásitos.
Cambia el agua y el alimento de tu hámster todos los días y lava el bebedero y el comedero como mínimo una vez a la semana. No te olvides de que si utilizas detergente tienes que aclarar todos estos componentes perfectamente, puesto que los restos podrían provocar una intoxicación en el animal.
El baño de tu mascota
Este pequeño roedor es limpio por naturaleza y no necesita que le bañes regularmente, ya que el aseo se lo proporciona él mismo. Si por cualquier motivo se ha manchado o huele mal porque no has realizado una estricta higiene de la jaula, dale un baño de agua templada. Sumérgele poco a poco, pero nunca le mojes la cabeza.
Esta actividad la harás de manera excepcional. Cuando la realices, ten mucho cuidado durante el secado y evita que se resfríe. Ponle en un lugar caluroso para que se vaya secando él solo o, si lo prefieres, utiliza un secador a una distancia adecuada que no queme ni moleste demasiado a tu mascota. Recuerda: no le dejes húmedo porque sería peligroso para su salud.
En época estival, cuando las temperaturas son altas, a tu hámster le encantará darse un chapuzón de vez en cuando. Cómprale una ¿piscina¿ en cualquier establecimiento especializado en mascotas, pero no adquieras una que sea muy profunda si no quieres que se ahogue.
Cuidados básicos
Es muy importante mantener el pelaje de tu mascota en perfecto estado. Cepíllale habitualmente sobre todo si la raza es de pelo largo como el de Angora. Encontrarás los utensilios para el acicalamiento en cualquier tienda que venda productos para animales de compañía.
Si te da la sensación de que tu diminuto amigo está incómodo, quizá sea porque tiene las uñas demasiado largas. Si vas a cortárselas, hazlo con un cortaúñas y presta mucha atención para no lastimarle. Corta sólo la parte que está más al exterior y nunca la más cercana a la carne. Se trata de una labor desaconsejada para inexpertos, por lo que te aconsejamos que acudas al veterinario.
Los dientes del hámster siempre están creciendo, por lo que tienes que introducir en su jaula varios objetos para roer y así conseguir mantener su dentadura en perfecto estado. También es interesante que le proporciones piedras de calcio, ya que tienen una doble función: ayudan al desgaste de los dientes y contribuyen al aumento en su organismo de los niveles de este elemento químico tan beneficioso.
Recuerda que estos graciosos y sensibles animales dependen de ti para su supervivencia. Además, son muy juguetones y te harán mucha compañía. Sácales de vez en cuando de la jaula para que investiguen y jueguen, pero siempre con mucho cuidado y extremando la vigilancia, puesto que, debido a su reducido volumen, es fácil que se escondan y que los pierdas de vista.