Primero en principal, elogia a tu cachorro verbalmente, ya sea tu perro o tu gato. Ellos lo percibirán en tu tono de voz. Pero no solo debes recompensar a tu cachorro con comida. También debes aplicar elogios verbales cuando haga algo bien hecho. Debes hacerlo con una voz aguda y amable. Ten en cuenta que todos los cachorros tienen una buena reacción cuando se les habla con un tono alegre y cariñoso.
También es muy útil generar un vínculo de confianza con ellos. Y saber poner límites. Si hay algo que no te gusta que hagan, hacérselo saber con firmeza, pero con atención, sin maltratarlo, pero haciéndole notar que eso que está haciendo no está correcto para la forma de vincularse contigo.
Es clave en todo adiestramiento la repetición de las acciones. Solo así tus mascotas aprenderán a interpretar qué es lo que están haciendo bien y qué es lo que deben corregir. Hacerles notar con la voz o incluso alguna corrección física, que no significa golpearlos ni mucho menos, es crucial para enseñarles.
Cuando tu mascota aprende un comportamiento, saber felicitarlo también es un punto muy importante en su aprendizaje. Ellos reconocen el buen trato y más cuando está relacionado con alguna acción que hayan hecho. Pero presta mucha atención: tanto el premio como el castigo deberán aplicarse inmediatamente después de lo que tu mascota haya hecho. No nos podemos comunicar con palabras, por lo que nuestro único vínculo de contacto es a través de las acciones. Asegúrate de hacer la acción correspondiente en el momento certero.
Los refuerzos positivos, los premios, la seguridad tanto de él o ella como hacia vos, son todas herramientas muy importantes a la hora de adiestrarlos. En el caso de los perros, que suelen interactuar con otros animales cuando salen a pasear, es muy importante saber cómo deben vincularse entre sí. Para ello, debes enseñarles a que no tengan miedo de relacionarse con otros perros, pero ten cuidado: a veces no sabemos con quién nos topamos, y no podemos estar seguros de que el otro perro esté igual de entrenado que el nuestro. Por eso es vital tomar precauciones y extremar la seguridad.
En definitiva, entrenar a tu mascota puede ser una experiencia sumamente gratificante, tanto para él o ella como para nosotros también. La paciencia es la clave junto con el buen tino para tomar decisiones y que éstas sean en tiempo y forma. Y siempre recuerda que una mascota feliz es mucho mejor que una mascota temerosa de ti o de otros. Por eso, trátalo con cariño, respeto y por sobre todas las cosas, trátalo como el ser vivo que es, que te acompaña día a día en tu vida.