El Análisis de Liakhof:
La selección de un buen perro es algo crucial, pero es una labor complicada pues no existe ninguna prueba fiable al cien por cien, ya que estamos tratando con animales y no con máquinas y su comportamiento se va modificando por las interacciones con el entorno. Un dato significativo es que en España, el 30% de los perros que se crían para trabajo con personas invidentes no llega a completar su entrenamiento por no servir para esta función, a pesar de estar criados específicamente para ello.
Sin embargo, existen varias pruebas que nos pueden ayudar a saber si nuestro perro es adecuado para trabajar alguna modalidad de entrenamiento, como por ejemplo el análisis de Liakhof que describimos a continuación.
Descubrir su carácter
El análisis de Liakhof ha de realizarse cuando el perro tiene varios meses, puesto que ha crecido pasando por diversas experiencias que han ido forjando su carácter. Lo ideal es criarlo en la familia con la que va a vivir para que así le puedan ir conociendo, proporcionándole nociones básicas de educación y socializándolo adecuadamente. Con esta prueba, podemos averiguar si el can que estamos evaluando es apto para trabajar en alguna modalidad de entrenamiento más específica.
Los aspectos que se evalúan hacen referencia a:
- La sensibilidad
- Sensibilidad mental: se evalúa al perro en diversas situaciones o entornos para ver cómo reacciona.
- Sensibilidad corporal: comportamiento del perro ante el contacto de personas, animales, objetos, etc.
- Sensibilidad auditiva: valorar la reacción ante diversos ruidos.
Estas pruebas nos servirán para encontrar perros con sensibilidades medias, es decir, perros equilibrados. Aunque normalmente se realizan para encontrar perros que van a realizar labores determinadas, nos sirven también para encontrar un can adecuado de compañía.
- La agresividad: en este punto, como es lógico, el perro no debe dar muestras de ningún tipo de agresividad (animal, posesiva, protectiva, etc.)
- La dominancia y sumisión: necesitamos perros que sean de dominancia y sumisión medias. Ni excesivamente sumisos, que descienda su nivel de trabajo ante una orden más fuerte de lo normal; ni demasiado dominantes, que les lleve a ser tercos en el aprendizaje.
- La voluntad de complacer: buscamos perros con una gran capacidad de aprendizaje y ganas de agradar.
- La adaptabilidad: necesitamos un perro que pueda cambiar de ambiente, sin cambiar su forma de trabajo y acomodarse en el menor tiempo posible a nuevos entornos.
- La concentración: el perro debe ser capaz de centrar su atención en el adiestrador para tener un buen aprendizaje del trabajo que va a realizar.
- La capacidad de desplazamiento: el animal debe ser capaz de no distraerse en exceso ante estímulos externos durante el adiestramiento.
- Los miedos: existen diferentes tipos de miedo, ya sea por desconfianza, a distintos sonidos, por nervios o estrés. Si observamos algún comportamiento de este tipo en el perro, no lo podremos utilizar para ningún entrenamiento específico.
Para modalidades de competición en las que existan pruebas de defensa, los requisitos varían hacia perros con un marcado carácter, pero nunca se dejará de buscar el equilibrio.
La importancia de la socialización
Una buena socialización es la clave para que nuestro perro tenga un correcto desarrollo y una predisposición al aprendizaje adecuada. Por tanto debemos centrar nuestra atención en la etapa de cachorro, dándole experiencias diversas, sin perjuicio de su seguridad y su salud. Es importante escuchar las recomendaciones del veterinario y del educador canino y comenzar con su educación cuanto antes.