Cuando nuestro perro presenta alguna anomalía a la hora de realizar sus deposiciones, lo primero que debemos tener en cuenta es su edad. Si el animal no supera los tres o cuatros meses no nos debemos de extrañar, porque a estas edades tan difíciles no tienen, por un lado, control de retención, y por otro, no distinguen bien dónde lo deben hacer. En ambos casos hay que tener en cuenta que ellos son los primeros que quieren ser limpios, ya que no les gusta orinar, defecar, comer y dormir en el mismo sitio, algo que han heredado de sus ancestros, los lobos.
Si al llegar a casa nos encontramos un 'regalito' por parte de nuestro querido amigo, debemos analizar primero a qué es debido. Esto puede deberse a muchas causas. Cuando es algo esporádico que comienza a representar algo habitual, tendremos que tener en cuenta que igual nuestro perro tiene algún tipo de problema causado por una alteración en su sistema digestivo, por ejemplo. Estos casos deben ser tratados siempre bajo consulta veterinaria
Llamada de atención y marcaje
Cada ejemplar necesita una atención por parte de su propietario. Independientemente del tiempo que le dediquemos, si el animal cree que esa cantidad no es suficiente -no necesariamente tiene que ser poca- comenzará a evacuar en casa para tener así la atención que reclaman, aunque sea de forma negativa. Es un principio de prioridades: ellos consideran que, teniendo muy en cuenta la 'regañina' que recibirán por ello, les merecerá la pena esos momentos que les dedicamos.
Inseguridad, cambios alimenticios y de horario
La inseguridad o miedo que sufra nuestro perro puede ser una de las causas del descontrol de esfínteres. Es conveniente eliminar todo miedo de antemano, pero en lo que se refiere al descontrol, hay que tener en cuenta que afecta al perro a la hora de evacuar fuera de los términos de su vivienda, ya que es ahí donde, por una u otra causa, el animal se siente inseguro y está más pendiente de otras situaciones. Después de una salida más o menos larga, el perro llega a casa, y es allí donde se siente totalmente tranquilo para hacer sus necesidades. Debemos comprender que fuera no lo hará hasta que el problema del miedo no se solucione.
Casi siempre achacamos que, cuando hacemos un cambio de pienso, nuestro perro tiene diarrea. No es conveniente variar bruscamente la marca de pienso ya que, a parte de que el estómago del perro esta acostumbrado a unos determinados aceites que lleva cada marca, su organismo empieza a variar hasta tal punto que no puede controlarlo. Éste es posiblemente el caso menos común de descontrol de esfínteres, pero es un dato a tener en cuenta si, cuando ocurre este problema, no hay un horario más o menos establecido en las salidas diarias que realicemos con nuestro perro.
Ellos, al igual que nosotros, tienen una regulación orgánica que si la alteráramos continuamente -en términos de horario- desembocaría en el citado descontrol de esfínteres. Tenga o no este problema nuestro perro, es conveniente establecerles un horario de salidas, teniendo en cuenta que el perro es un animal de costumbres.
Por David Fernández, responsable de Bestcan
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