A pesar de que en muchas ocasiones las perras se las arreglan solas a la hora del parto, es conveniente vigilar que todo vaya bien, e incluso que alguien en el que confíe plenamente la mascota esté presente, para prestar ayuda en caso de ser necesario.
Cuando la la hora del parto se acerca, la hembra se muestra inquieta, busca un lugar tranquilo y poco iluminado, por lo que es conveniente prepararle una caja grande donde ella pueda estar cómoda con su camada. La temperatura baja a 37ºC y se lame la vulva con frecuencia.
En la fase o la hora del parto, que puede durar varias horas, es cuando se produce la dilatación pelviana o cervical. El proceso se iniciará con los primeros esfuerzos de la perra para expulsar su primer cachorro, que ya se encuentra en el canal de parto. Antes de que pasen dos horas después de la primera contracción, nacerá el primer perrito; en caso contrario, será necesario llamar al veterinario.
La llegada de los cachorros
Los cachorros suelen nacer con sus bolsas membranosas. Esta es la placenta, de un color grisáceo verdoso. Hay casos en que la bolsa se rompe durante el parto y la placenta sigue al cachorro, en otros nacen dos o más cachorros antes de que aparezcan sus placentas respectivas. Se debe verificar que haya tantas placentas como cachorros.
Es absolutamente normal que la hembra se coma las placentas e, igualmente, muerda el cordón umbilical hasta desgarrarlo. Ayúdala sólo si observas que descuida a algún cachorro por atender a otro. Para esto debes limpiarlo vigorosamente con una toalla limpia, y a ser posible hervida, aún húmeda y tibia, hasta que el cachorro chille con fuerza. Entre un nacimiento y otro transcurre un periodo de 20 minutos aproximadamente. En caso de que la perra haga esfuerzos durante dos horas sin que nazcan cachorros, se debe avisar al veterinario. Es muy corriente pensar, al tocar el abdomen de la perra, que aún tiene algún hijo en su interior, pero esto se debe a que la placenta permanece en estado de rigidez durante algunas horas posteriores al parto.
Los cachorros de nuestros perros deberán nacer muy vivaces, queriendo mamar casi inmediatamente después del parto, buscando el calor y el olor de su madre y de la camada. En la medida de lo posible se debe abrigar a los pequeños, ya que durante sus primeros días de vida no son capaces de regular la temperatura. Para ello es conveniente mantenerlos con un paño o toalla en los momentos en que la madre salga del lugar en el que ha parido.
La lactancia dura de cuatro a seis semanas, siendo en la cuarta cuando se le ofrecerá por primera vez alimento sólido al cachorro. La madre comerá mucho más de lo normal durante esta etapa y es recomendable seguir con el alimento para cachorros.
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Foto: Princess K8 / Flickr