Piel arrugada, cuerpo rotundo y movimientos lentos. Estas son algunas de las características de este perro oriental procedente de la milenaria China que algunos identifican con un hipopótamo con pelo o con una mezcla entre cerdo y perro. Su aire bonachón y su toque exótico le están convirtiendo en una de las mascotas más demandadas por las familias.
Su aspecto raro y perezoso hacen de él un animal muy divertido, llamativo y al que los más pequeños de la casa les encanta acariciar. Su aspecto también ha determinado su nombre, que significa en chino 'piel de tiburón' o 'papel de lija'. Pero también tienen otro nombre: perro luchador chino, una denominación que contrasta con el tierno aspecto que tienen los Shar Pei. La longitud de su piel permitía dificultar su apresamiento por parte del can contrincante en las luchas de perros tradicionales chinas.
Origenes de la raza
Muy pocos pueden asegurar cuál es el verdadero origen de este perro. Mediante los análisis de documentos y obras de arte chinas, muchos expertos aseguran que los antepasados orientales de este can podrían encontrarse en los primeros dos siglos después de Cristo, época en la que empezaron a usarse como animales de guarda y de presa.
Los Shar Pei podrían encontrar a sus antecesores en unos perros chinos de mucho mayor tamaño y que se encontraban en las zonas montañosas de China y el Tíbet, de ahí esa gruesa capa de pelo. En la actualidad, los antepasados del Shar Pei ya han desaparecido. Otros estudiosos apuntan a que sus orígenes se encuentran en las provincias del sur de China, donde se usaban como animales de labor.
A mediados del siglo XX eran tan altos los impuestos que tenían que pagar los poseedores de perros en el país asiático, que los Shar Pei estuvieron a punto de desaparecer. Se debe a algunos criadores americanos la difusión de esta raza. En 1981 los primeros ejemplares desembarcaban en tierras europeas y comenzaban a extenderse por diversos países.
Descripción física
Los Shar Pei tienen dimensiones contundentes. Su altura oscila entre los 46 y los 51 cm., además de ser muy pesados: pueden llegar a superar los 20 kilos. Su cabeza tiene dimensiones importantes en comparación con el resto de su cuerpo. El cráneo es liso, el hocico, amplio y negro, y las orejas puntiagudas, que le caen muy cerca de la cabeza.
El color de su piel es muy variado. Aunque los tonos canela y crema suelen ser los más habituales, también dispone de tonos como el rojo, el color chocolate e incluso el negro. Normalmente suele aclarar el color en determinadas zonas, próximas a los cuartos traseros y en la cola. Su piel gruesa le cuelga, dándole forma arrugada, sobre todo en la cabeza y en la papada. El pelo es tieso y corto.
Uno de los rasgos más curiosos de esta raza son su lengua y su paladar, de color azul intenso tirando a negro. Su cola redondeada se riza hacia el lomo en la parte alta. Sus dedos tienen buenos nudillos y las patas son fuertes y gruesas. Son perros muy musculosos y fuertes a pesar de su apariencia lánguida, con un tronco corto y rotundo.
Carácter y cuidados
A pesar de su pasado como perro guardián, el Shar Pei destaca por su temperamento sereno y equilibrado. Es un animal independiente que sólo requiere al amo para que le ofrezca el cariño que toda mascota necesita.
Sobre todo es un animal fiel y leal con su familia, pero desconfiado de los extraños. Aunque los desconocidos no le gustan, normalmente no se sienten amenazados por ellos, así que suelen ignorarlos. Se muestran reservados y silenciosos. Suelen ser perros de un solo amo, ya que tienen un carácter fuerte.
Son perros listos y orgullosos, defensores de los suyos y de su propiedad. Convive perfectamente con los niños, ya que es capaz de protegerlos y calibrar sus fuerzas mientras juega con ellos. Se trata de una raza muy limpia, que apenas requiere cuidados especiales, exclusivamente las suficientes atenciones médicas y alimentarias y, por supuesto, recibir el amor y el cariño que necesitan.