Los gatos pueden desarrollar a lo largo de su vida diferentes tipos de enfermedades cutáneas provocadas por parásitos, hongos o alérgenos de su entorno.
Una de las enfermedades puede ser la dermatitis atópica producida por los alérgenos existentes en el entorno del gato. Normalmente suele aparecer en gatos jóvenes o muy viejos, porque tienen menos anticuerpos. Otra de las características de la dermatitis es que puede ser estacional, por ejemplo si se trata de alergia al polen o perenne si es alergia a los ácaros del polvo doméstico.
Sus síntomas son visibles, produciéndose en el gato hiperpigmentación en las orejas, en el abdomen, en las axilas y en la cara. También puede aparecer alopecia en las zonas afectadas. Acompañado de esto puede venir la infección por estafilococus, donde pueden aparecer costras.
Otra enfermedad es la producida por paŕasitos como pulgas. Hay una especie de pulga que es propia de los gatos y prefieren alimentarse de su sangre antes que de otros animales. Muchos gatos toleran bastante bien la presencia de pulgas, pero algunos tienen alergia, que se manifiesta con mucho quemazón y rascado. Se producen costras y pequeñas heridas sobre el cuello y espalda del animal. Además, las pulgas son transmisoras de tenias, parásitos que invaden el intestino.
La sarna felina es otra de las infecciones cutáneas. Es provocada por un ácaro que vive dentro de la piel de nuestro gato, provocándole un intenso quemazón. Hay otro ácaro que se encuentra sólo en las orejas, lo que hace a los gatos que se provoquen lesiones externas con las uñas en esa zona al intentar rascarse.
Otra infección común es la provocada por hongos. Se encuentran en los folículos pilosos y carcomen los pelos por dentro volviéndose frágiles y quebradizos. Se produce alopecia, normalmente de una forma redonda, que se va extendiendo a diferentes partes del cuerpo. Es una enfermedad muy contagiosa.
Imágenes/Flickr: Neva in 2013, michaelhenn, fallsvetclinic.