Uno de las mayor preocupaciones para los propietarios de animales de compañía, es que nuestras mascotas padezcan de cáncer. No en vano, es la primera causa de muerte de los animales geriátricos.
Por ello, los propietarios y los veterinarios han ido tomando conciencia de la necesidad de proveer de cuidados especiales a sus mascotas, al mismo tiempo que se han ido produciendo avances en la medicina y cirugía veterinarias, especialmente en el campo del tratamiento del cáncer.
Y esto hace que el veterinario y su equipo humano estén preparados, no sólo para administrar tratamientos especializados, sino también para ofrecer atención compasiva a sus pacientes y clientes.
Los clientes de hoy en día esperan recibir una atención puntera para sus mascotas, y les interesa tanto la cantidad como la calidad de la vida de las mismas.
En un momento en que la oncología de perros y de gatos está adquiriendo mucha importancia, el veterinario se encuentra con propietarios que suelen tener ideas preconcebidas sobre qué es el cáncer y cómo se trata.
Al enfrentarnos a un caso de cáncer canino o felino, lo primero que tenemos que hacer es disipar las ideas negativas que suelen tenerse sobre la enfermedad en sí y sobre la eficacia y toxicidad del tratamiento.
En los últimos 10 años se han realizado grandes avances en las tasas de respuesta al tratamiento, períodos de ausencia de enfermedad y supervivencia de los animales con cáncer.
Actualmente, muchos de los animales con cáncer pueden curarse o, al menos, permanecer durante largos períodos de tiempo sin signos de enfermedad.
En muchas ocasiones el animal no experimenta ninguna o casi ninguna disminución en su calidad de vida. Los avances realizados en el tratamiento paliativo y de soporte de los pacientes caninos y felinos con cáncer han permitido mantener una buena calidad de vida de los mismos mientras lo reciben.
Aproximación al paciente canino o felino con cáncer
El equipo veterinario debe someter a estudio completo a cualquier paciente del que sospeche que pueda tener un proceso maligno, para poder establecer el grado de extensión de la enfermedad. Esta información, además, nos servirá para saber qué tratamiento utilizar y nos informará del pronóstico y tiempo y coste necesarios para el tratamiento.
Aunque pueda parecer que perdemos tiempo y dinero con estos procedimientos, merece la pena porque nos darán la información necesaria para abordar el problema de forma racional. Sólo podremos establecer un protocolo terapéutico completo y con probabilidad de éxito si disponemos de información de la extensión del proceso.
Además, sólo podremos responder las preguntas del propietario del animal sobre pronóstico y calidad de vida cuando conozcamos esta información. El equipo de atención veterinaria y el propietario deben saber a qué se enfrentan y estar completamente preparados antes de aplicar cualquier tratamiento.
Objetivos del tratamiento contra el cáncer
El tratamiento del paciente con cáncer requiere habilidades, conocimientos, fármacos, técnicas y una filosofía especiales, y debido a que el curso de la enfermedad suele ser dinámico, la comunicación entre el propietario y el equipo veterinario debe ser lo suficientemente fluida.
La comunicación debe ser diaria mientras el animal esté hospitalizado, pero después debe seguir siendo frecuente para que el veterinario esté al día del progreso del caso.
El cáncer genera miedo, desesperación y pánico a casi todo el mundo, y la sensación general es que la quimioterapia y la radioterapia generan más daños que beneficios.
La mayoría de propietarios llegan a nuestras consultas con estos sentimientos preconcebidos sobre el cáncer, pero nosotros sólo podremos empezar a plantear un cuidado del paciente cuando hayamos disipado esos mitos.
Es necesario que el propietario esté convencido de que el bienestar de su animal y su calidad de vida deben estar por encima de sus propias emociones.
El tratamiento del cáncer va dirigido contra la enfermedad, pero la calidad de vida del paciente no debe olvidarse. Tanto los tratamientos curativos como los paliativos pueden incluir diversas modalidades de tratamiento como la quimioterapia, radioterapia, cirugía, tratamientos nutricionales, etc.
El tratamiento curativo suele implicar la utilización combinada de varias modalidades. El tratamiento paliativo está diseñado para mejorar la calidad de vida del paciente sin que ello signifique que aumente el tiempo de supervivencia.
El control del tumor es importante, pero el apoyo al paciente es imperativo. Muchos pacientes caninos y felinos oncológicos son también geriátricos, y por ello debemos prestar atención también a las enfermedades subyacentes que pudieran tener.
Por otro lado, el control del dolor es esencial. Los estimulantes del apetito y las normas de higiene y alimentación también son muy importantes.
Además, el tratamiento de alteraciones gastrointestinales y respiratorias, deshidratación, anemia, leucopenia, uremia, sepsis, y otras condiciones asociadas con el tratamiento del cáncer son de vital importancia.
De hecho, en medicina veterinaria, el tratamiento compasivo es el lema de la oncología. Muchos creen que es más importante una buena calidad de vida que una vida larga. Pero el éxito supremo consiste en conseguir ambas cosas.
El cáncer es la patología crónica más curable de perros y gatos, pero la muerte es un aspecto que sigue estando presente y debe ser considerado.
Como veterinarios, debemos ser capaces de ofrecer una muerte digna a nuestros pacientes. Esto supone una preparación adecuada de nuestro equipo y la capacidad de ofrecer cuidados compasivos cuando sobreviene la muerte o debemos practicar una eutanasia.
Muchos clientes quieren saber cómo se darán cuenta de que es el momento adecuado para sacrificar a su mascota. El veterinario y su equipo deben asumir funciones de educadores y dejar que la decisión sea tomada por el propietario, que debería valorar los aspectos relacionados con la calidad de vida.
Criterios objetivos como el apetito, nivel de actividad y energía de su mascota, pueden ser medidos por ellos mismos en casa. Estos parámetros suponen una herramienta en la cual basarse para establecer la calidad de vida de su mascota y determinar cuándo varía.
Las siguientes preguntas pueden ayudar a establecer estos criterios:
* ¿Come con apetito?
* ¿Los días y momentos buenos superan a los malos?
* ¿Su mascota sigue siendo capaz de hacer aquello que antes le hacía feliz?
Además, debemos atender a:
* Las razones económicas.
* La probabilidad.
* La duración de la respuesta.
* Los efectos indeseables del tratamiento.
* El tiempo de duración del mismo.
Imagen perro tapado con manta: pmarkham / flickr
Imagen gato tumbado: aturkus / flickr
Imagen perro cono: Nick Mitha / flickr
Imagen gato al sol: alan.stoddard / flickr
Imagen perro negro: Tim Dorr / flickr
Imagen perro y gato: Petteri Sulonen / flickr