La caída de pelo en los gatos es una de las cosas por las que más visitamos al veterinario. A veces la caída es debido a que, ciertas épocas del año, el animal muda de pelo y pronto lo regenera. En otras ocasiones, es debido a que padece alguna enfermedad interna que lleva asociado éste síntoma. Sin embargo, resulta bastante fácil diferenciarlos: cuando mudan el pelo, lo hacen de forma generalizada en todo el cuerpo sin dejar ninguna parte desprotegida y cuando es producido por alguna dolencia, se suele localizar en zonas concretas, llegando a producir, en algunas ocasiones, calvas. En cualquiera de los dos casos puede resultar algo molesto para los dueños.
Hoy os enseñamos algunas de las causas por las que se puede producir la caída de pelo en nuestro felino.
- Alopecia psicológica: Esta es producida por situaciones de estrés, que provocan que el gato se arranque su propio pelo.
- Reacciones alérgicas: Donde primero empiezan a aparecer las reacciones alérgicas es en la piel. El problema viene cuando se quiere conocer la causa de esa alergia, ya que puede ser producida por cualquier cosa, como alimentos o alguna sustancia presente en el ambiente que no tolere bien el gato.
- Pulgas y ácaros: Son los causantes de la dermatitis y de que nuestro gato tenga un fuerte picor. La pérdida del pelo se produce cuando, la presencia de estos parásitos, provoca hongos o infecciones bacterianas en la piel.
- Sarna: Puede llegar a ser muy contagiosa y también, provoca mucho picor. Pero, como casi toda enfermedad, con el tratamiento adecuado tiene rápida curación.
- Funcionamiento inadecuado del sistema inmune: Los síntomas que presenta suelen ser infecciones crónicas de la piel, que es lo que va a provocar la pérdida de pelo y en algunas ocasiones, la aparición de pequeñas heridas.
- Problemas endocrinos: En este caso, puede aparecer caída de pelo después de haber castrado a nuestro gato, por la falta de hormonas sexuales.
- Quemaduras: Producidas por calor, algún ácido o sustancia.
Una alimentación sana y equilibrada favorece la salud de la piel y por tanto, del pelo de nuestro gato. Cuando detectes algunos de estos síntomas será recomendable acudir al veterinario para que le ponga un tratamiento adecuado y tu mascota pueda recuperar su buen estado de salud lo antes posible.
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