El problema de la osteoartrosis felina radica en que, al ser animales pequeños, su peso no afecta a las articulaciones para su movilidad. El gato puede estar durmiendo más de lo normal, pero como está enfermedad suele aparecer a los 10 años de edad, los dueños suelen creer que es porque ya es mayor y necesita más tranquilidad y descanso.
Si orina fuera de la bandeja más frecuentemente de lo normal, si se relaciona menos con sus dueños y demás seres o si ya no duerme con sus amos en el sofá o la cama, son otros factores o síntomas a apreciar para poder reconocer si vuestro gato puede padecer la osteoartosis felina.
¿Vuestro gato sufre esta enfermedad? ¿Cómo lo reconocisteis?