El perro de terapia ha sido utilizado desde hace más de un siglo. En diferentes sectores, los médicos se ayudan de estos animales para tratar las dolencias de sus pacientes, como es el caso del autismo y la esquizofrenia. De igual manera, también se utiliza en prisiones como elemento de socialización entre los presos. No obstante, el cometido del mejor amigo del hombre ha sido ampliado con la propuesta de una nueva terapia desarrollada por la ONG Intervención, Ayuda y Emergencias (I.A.E). Este proyecto utiliza los perros para que interactúen con enfermos de Alzheimer, consiguiendo a través de diferentes actividades, ralentizar su avance.
Perros y Alzheimer
El Alzheimer es una enfermedad degenerativa del sistema nervioso que cada día afecta a más personas. Esta dolencia no diferencia entre clases sociales, pero ataca a personas de edad más avanzada. Hablamos de una patología irreversible, cuyo final es fatal para quiénes la padecen. El Alzheimer se caracteriza normalmente por una progresiva pérdida de memoria y de otras capacidades mentales.
El declive que sufren los afectados ha llevado a que esta organización inicie un proyecto pionero en España que tiene como propósito realizar actividades en las que participan enfermos de Alzheimer y perros. El Presidente de I.A.E., Moisés Belloch, afirma que el objetivo de estas 'canino terapias' es "frenar el desarrollo de la enfermedad".
Sesiones de trabajo
El centro 'La Pau' en Algemesí, Valencia, es el único lugar de afectados de Alzheimer que disfruta de este proyecto en el que los terapeutas no son médicos, sino perros. Por supuesto, siempre controlados por docentes y supervisores. Las actividades que se realizan durante las sesiones son actuaciones para estimular al enfermo que combinan ejercicios mentales con ejercicios físicos.
"Los perros han aprendido a coger objetos y dárselos a los pacientes", informa el experto, "con esto se consigue que el enfermo participe". Da igual el objeto, en ocasiones es una pelota y en otras, es un estuche cerrado cuyo interior guarda caramelos. "El animal se lo da al paciente, para que éste lo abra y le obsequie con la recompensa que hay en el interior", explica Belloch. Reiterando que este ejercicio hace estimular las manos y la mente del enfermo.
Poco a poco, estas terapias proporcionan seguridad en el afectado. "Ver cómo le mandan cosas al perro y éste les obedece, les sube la autoestima", nos comenta el portavoz de la organización. Según van pasando los días, los ejercicios se complican para que el estímulo sea mayor. "Se enseña al perro a que cuente. Hacemos sumas simuladas y él, va ladrando por cada número que vamos sumando".
El enfermo de Alzheimer se siente aislado, no está integrado ni con su familia ni con el resto de enfermos. El can lo que consigue es "sacarle de ese encierro, les atrae recuerdos, ya sean buenos o malos. Les despierta alegría y diferentes sensaciones. En cuanto ven al animal se ponen nerviosos y están dispuestos a trabajar", afirma Belloch. La experiencia les ha enseñado que para que las sesiones sean efectivas, lo mejor es realizarlas una vez a la semana y con un solo perro. Si no, "estos pacientes caen en la monotonía", asegura.
Adiestramiento canino
Los perros y los voluntarios que participan en las terapias están sometidos a un entrenamiento específico. Tienen que aprender a tratar a los pacientes. El Presidente de la ONG Intervención, Ayuda y Emergencias nos comenta que no se exigen razas concretas para este trabajo, sino que lo único que se busca es que el cánido sea tranquilo, ya que "la rapidez de reacción de los pacientes puede asustar al animal".
Belloch nos describe que lo primero que aprende el perro es apoyar la cabeza sobre el paciente. Es muy importante que se dejen acariciar y manipular. "Los perros pequeños aprenden a subir y a permanecer echados sobre el enfermo y, sobre todo, aprenden a dejarse manipular", recalca Belloch, añadiendo que "la reacción que puede tener un paciente de Alzheimer es totalmente desconocida por nosotros: en un momento determinado pueden estar acariciando tranquilamente al perro y de repente abrazarle fuertemente".
"Cada perro les aporta cosas diferentes", explica Moisés Belloch a Mascotas.Facilisimo.com. "Nosotros trabajamos con diferentes razas: Labrador, Pastor Alemán, Bulldog Francés y con perros pequeños. La raza no importa, lo importante es que el perro se adapte a lo que queremos hacer", concluye.
Muchos de los voluntarios que colaboran en este proyecto utilizan a sus propias mascotas. "Lo normal para que un perro esté adiestrado y preparado para participar en la actividad es, aproximadamente, un año", explica el experto. "Aunque depende mucho del perro y de la facilidad de aprendizaje que posea".
Nivel emocional y nivel psicológico
Estudios médicos aseguran que los enfermos que participan en el programa, no sólo abandonan durante las sesiones su estado de aislamiento y soledad, sino que tras la actividad se muestran predispuestos al trabajo y mentalmente más ágiles. Llegando incluso a "guardarse comida en los bolsillos para dársela a los perros", explica el Presidente de la organización.
Belloch aclara que se realizaron diferentes pruebas para conocer la reacción de los pacientes. Una consistía en trabajar sólo con los voluntarios, y otro estudio trataba de analizar el comportamiento que se producía en los pacientes cuando veían a los voluntarios llegar con los perros. Respecto al primer caso, se observó que "les gusta que vaya alguien a verles. Tienen curiosidad pero no pasa de ahí". Mientras que cuando ven a los perros "es una alegría generalizada, se ponen nerviosos. Es una fiesta, llegan incluso a cantar", recuerda Belloch.
La entrevista finaliza con las declaraciones del Presidente de I.A.E., que nos relata, como diferentes personas, de distintos zonas de España, se han puesto en contacto con ellos para que pongan en marcha estas 'canino terapias' en sus lugares de residencia. El problema es que "les faltan voluntarios para la actividad, ya que esta labor la realizan personas sin ánimo de lucro". Él asegura que si encuentran voluntarios irá ampliándose el proyecto a cualquier lugar. Por lo que, si deseas participar en este bien social puedes ponerte en contacto con la organización:
ONG Intervención, Ayuda y Emergencias (I.A.E)
C/ Alcalde Torremocha, 22
46680 Algemesí (Valencia)
Telfs: 629 97 40 02 / 650 98 76 84