Los beneficios de compartir nuestra vida con un animal son múltiples, por una parte nos ayudan a llevar una vida menos sedentaria obligándonos a hacer ejercicio y reducir así el riesgo de enfermedades cardiovasculares y patologías relacionadas con la obesidad. Por otra parte, nos ayudan a relacionarnos con otras personas, lo que mejora nuestro estado de ánimo. Gracias a que existen todo este tipo de beneficios, expertos han determinado que las terapias con perros pueden llegar a ser muy beneficiosas.
En el caso de personas con trastornos psicológicos agudos, como el caso de la esquizofrenia, el contacto con animales les ayuda a controlar sus emociones, a mejorar sus relaciones sociales y a adquirir responsabilidades, lo que les facilita adoptar rutinas básicas diarias. Según Maica Ruiz, directora y psicóloga de la Residencia Triginta, "estas personas al relacionarse con animales, consiguen estrechar los lazos afectivos con su entorno".
¿Por qué apoyar estas terapias con perros?
Hace ya dos años que Bruna, una perra de la raza Golden Retriever, llegó a la residencia para personas con trastornos psíquicos graves. A partir de ese momento, comenzaron las sesiones de terapia, que consisten en jugar con la perra, enseñarle ordenes básicas y atender sus necesidades esenciales como darle de comer, cepillarla o bañarla.
Esta iniciativa pionera en España cuenta con el apoyo de la Fundación Affinity, que se encarga de la manutención del animal. Esta actividad está dando unos resultados asombrosos que nos revelan la necesidad de continuar con este tipo de experiencias. La psicóloga del centro, nos asegura que "la perra ha conseguido que los residentes sonrían, cuiden su higiene personal y adopten responsabilidades relacionadas con su cuidado".
Los objetivos de estas terapias
La idea surgió al ver los resultados tan positivos que la terapia asistida con animales domésticos estaba obteniendo en residencias geriátricas. El equipo terapéutico nos explica que "los objetivos desde un primer momento fueron fomentar las relaciones sociales de los internos y así mejorar su calidad de vida", puesto que al pasear con Bruna por la ciudad, llegan a establecer contactos con gente ajena al centro.
Hay síntomas de la esquizofrenia que sólo pueden ser tratados con fármacos como las alucinaciones, pero la apatía, la desatención y el aplanamiento afectivo se trabajan a través de rehabilitación psico-social. En este punto la participación de un animal es fundamental, nos comenta la psicóloga, que afirma que "incluso alguno de los residentes muestran afecto de forma espontánea, algo impensable antes de la llegada de Bruna".
La importancia de la rutina
Para mejorar la calidad de vida de estas personas es muy importante que se sientan útiles y seguras. Por ello, llevar una rutina diaria se hace indispensable. En este aspecto, Bruna es una pieza clave en la vida diaria de los residentes. A través de actividades tan sencillas como el juego, los paseos, las visitas al veterinario o la hora de la comida de la perra, estas personas organizan toda su vida.
Vivir junto a un animal está lleno de ventajas, pero éstas aumentan si las personas que interactúan con él tienen problemas para relacionarse. Bruna, en tan sólo dos años, se ha convertido en el alma de la residencia y ha ayudado a que muchas personas vuelven a sonreír a pesar de su enfermedad.