El hecho de que los perros no se cepillen los dientes como los humanos no significa que no tengamos que cuidar de su higiene dental. De hecho, a partir de los seis años es frecuente que las mascotas empiecen a tener problemas en la dentadura.
Uno de los más frecuentes es el sarro, una afección que se produce cuando la placa bacteriana comienza a acumularse en los dientes. Las bacterias se alimentan de los minerales que le proporciona la comida que se queda en la dentadura, por eso es importante que nuestra mascota tenga los dientes siempre limpios.
El sarro en la dentadura de los perros deja una boca con un aspecto sucio y descuidado, por no hablar del aliento, que desprende un olor muy desagradable. Si tu perro tiene mal aliento, le duele la boca al comer o sangra, tendrás que acudir al veterinario.
El sarro es una afección leve pero peligrosa ya que, si no se trata a tiempo, puede provocar la caída de los dientes. Esto se debe al desarrollo de la placa bacteriana, que actúa en la boca destruyendo el tejido que une los dientes y las encías.
Cuidar la dieta
La alimentación suele ser clave para evitar la aparición del sarro. Normalmente, los perros más pequeños suelen ser los más afectados, así como aquellos acostumbrados a alimentarse con todo tipo de carne y comida casera que no es necesario masticar. Una dieta que tenga como base el pienso ayudará a frenar la placa bacteriana porque limpia los dientes de residuos.
Utilizar un cepillo, que encontraremos en cualquier tienda de animales, dos o tres veces por semana será suficiente para frenar el sarro. Hay que acostumbrar a los canes al cepillado. Por eso, cuando tienen pocos meses, podemos habituarlos usando el dedo. Poco a poco iremos introduciendo el cepillo y la pasta dental (especial para perros) en su higiene bucal diaria.
Los huesos limpiadores también suelen resultar eficaces. Además, está demostrado que proporcionarles juguetes que le sirvan para masticar es muy beneficioso para evitar que se acumule suciedad en su dentadura. Incorporar a la dieta del perro alimentos que favorezcan la masticación suele ser otro buen método para evitar el sarro, por ejemplo, bizcochos y galletas para mascotas o huesos de cuero crudo.
Cómo acabar con el sarro
En cualquier caso, se debe consultar al veterinario cuando la boca de tu perro desprenda mal olor de forma continuada, ya que suele ser síntoma de que algo va mal en su organismo. Una vez que el sarro ha aparecido en la dentadura de nuestra mascota, ni los cepillos ni los huesos pueden hacer nada para hacerlo desaparecer. La única solución es acudir al experto en salud animal, que le hará una exhaustiva limpieza bucal u odontoprofilaxis.
Actualmente, existen avanzados métodos para evitar que tengamos que ir al especialista de manera frecuente para quitarle el sarro a nuestro perro: el uso de la tecnología de ultrasonido permite prolongar el periodo entre una y otra limpieza. No olvidemos que es muy importante mantener siempre controlada la higiene bucal de nuestra mascota, porque ciertas lesiones localizadas en esta parte suelen manifestar otras enfermedades más graves.