Si habéis adoptado algún perro en los últimos años, es bastante probable que al buscar cual era el mejor método para educarle o reeducarle, os hayáis topado con cientos de opiniones que alababan las virtudes de la educación en positivo.
¿Es tan buena como dicen? Nos gustaría deciros que sí de forma rotunda, ya que una inmensa cantidad de los educadores caninos que están en activo hoy en día utilizan la educación en positivo como método principal, pero como no hemos tenido la oportunidad de probarla en casa, preferimos no dar una opinión sobre ella.
¿Qué ventajas tiene la educación en positivo?
Según las investigaciones que hemos realizado para crear este artículo, la ventaja principal de la educación en positivo, es que se puede adaptar a cualquier edad, tamaño o circunstancia del animal.
La educación en positivo se basa en tres pilares fundamentales, que ayudan al perro y al dueño a mantener una relación mucho más sana y estrecha. Estos tres pilares son: la comunicación, el respeto y el entendimiento.
Comunicación, que permite al dueño poder conocer mucho mejor las señales con las que el perro se comunica con nosotros y el resto de sus congéneres.
Respetar, la situación por la que el perro está pasando en esos momentos. Por ejemplo, si es un cachorro, se debe respetar su ritmo de aprendizaje y no pedirle consiga realizar todo lo que le pedimos a la primera.
Entender, la forma en la que él se mueve y comunica con el mundo que le rodea. Si necesita tiempo para olisquear antes de hacer sus necesidades o desea ir a saludar a sus mejores amigos, debemos dejarle que lo haga con tranquilidad y no forzarle a que venga hacia nosotros o lo haga más rápidamente.
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