Muchas veces no estamos seguros de si nuestra gatita está presentando síntomas del embarazo. Si tu mascota no va a estar destinada a la cría lo normal es que la castres para evitar sustos. Una gata es más que capaz de llevar su parto sin la ayuda de casi nadie.
Existen una serie de síntomas que te pueden indicar que está embarazada, que además, son algo parecidos a la de los humanos. Estos indicios no empezarán a notarse al momento, pero a partir de la tercera o cuarta semana verás importantes cambios en tu gata.
Lo primero que ocurrirá es que el ciclo de celo se cortará y la gata pasará a tener una actitud mimosa hacia a ti Si tiene al gato cerca estará todo el rato cerca de él reclamando su atención. También hay gatas a las que les ocurre lo contrario, pasan de ser muy cariñosas a estar tristes y querer estar solas.
Poco a poco irás notando que sus pezones se van hinchando y van cogiendo un color rosado más oscuro. Comerá más, aunque a veces pueda vomitar, normalmente por las mañanas. La tripita se irá endureciendo y aumentando de tamaño hasta ir haciéndose evidente su gestación. En este momento si tocas la barriga sin hacer mucha fuerza notarás pequeños bultitos, que son los embriones.
Durante este período deberás llevar a tu gatita al veterinario para que lo vaya controlando y verificando que tiene buena salud, ya que es lo más importante para que los recién nacidos vengan al mundo en las mejores condiciones.
Una vez detectado su embarazo sólo queda esperar para ver a los nuevos miembros de la familia.
Imágenes/Flickr: Tambako the Jaguar, Mark Turnouckas