Los gatos, como casi todos los animales, terminan haciendo la mayor parte de las cosas que hacen 'por costumbre'. Una de ellas, más allá del instinto y del olfato, es el uso del arenero. Por ello, en ocasiones, cambiárselo de zona o usar un modelo diferente puede hacer que nuestro amigo se desubique y termine haciendo sus necesidades fuera de su bandeja higiénica.
Es por eso que, si vais a cambiar su arenero, lo vais a mover mucho de lugar o, simplemente, os vais a mudar, debéis ser pacientes y tener en cuenta estos trucos para que vuelva a coger esa buena y sana costumbre tan básica para nuestra convivencia con ellos. ¡Toma nota!
- Muestra tú mismo a tu gato el nuevo arenero, déjale que lo huela, mueve la arena con la mano como si estuvieses escarbando...
- Coloca siempre su arenero en un sitio tranquilo y poco transitado, esto le dará la intimidad que tu gato necesita.
- Cuanto menos lo muevas, mejor. Si lo colocas en tu terraza o balcón, y cuando llueve lo metes dentro de tu casa, ten en cuenta que este nuevo lugar tiene que estar cerca de donde estaba antes, así tu gatito no se confundirá.
- Evita poner el arenero cerca de macetas que puedan tentar a tu gato a seguir sus instintos y utilizar macetas de verdad para orinar.
- Procura que el arenero siempre sea suficientemente amplio para que él pueda escarbar libremente, tal y como le guían sus instintos.
- Si vas a cambiar su arenero a uno de tipo cubierto o caja, una buena idea es dejarle los dos unos días para que vaya asociando que son para lo mismo y él mismo vaya curioseando, hasta que luego únicamente haya un a opción.
- Por supuesto, es importantísimo que la tierra o arena siempre esté limpia, ya que nuestro gatito buscará nuevos lugares si ésta huele excesivamente mal o está muy húmeda.
- Por último, ¡nunca pongas el arenero cerca de su comida! Ellos tienen un gran olfato y ten por seguro que no es nada agradable.
¿Qué tuviste tú en cuenta a la hora de cambiarle el arenero?
Imágenes: Eviltomthai/Flickr, byrdiegyrl/Flickr y Herman Rhoids/Flickr