El boyero australiano es el resultado de la mezcla de varias razas como lo son el Dingo (perro salvaje de los colonos australianos), Collie, Kelpie y Dálmata.
Fue creado para ayudar a los granjeros a guiar al ganado hasta los mercados. En la actualidad es conocido por la curiosa manera que tiene de orientar a las ovejas, les da pequeños mordiscos en la parte trasera de las patas, teniendo cuidado de no hacerlas daño, cuando se salen de su camino.
Tiene un cuerpo musculoso, con cabeza grande y orejas puntiagudas. Su pelo es corto y liso, de doble capa. Puede ser de diferentes colores, pero todos con manchas negras, grises o marrones.
Lo característico de este tipo de perros es que suelen ser razas muy leales y fieles. Normalmente suelen estar más apegados a una sola persona, por eso se les dice que son “perros de un solo amo”. Debido a esto puede llegar a ser fiero defendiendo lo que es suyo, lo que le convierte en un excelente perro guardián.
Suelen ser un poco torpes con los y aunque son muy activos, no les gusta jugar con ellos. Prefieren divertirse de forma independiente. Lo mismo le ocurre con otros perros, con los que no hace muchas migas. Sin embargo esto puede corregirse si se le da una buena educación y adiestramiento desde cachorro.
Lo malo de este perro es que no se adapta con facilidad a la vida casera ni a espacios pequeños. Lo suyo es estar correteando todo el día por grandes campos. Si está encerrado durante mucho tiempo puede llegar a hacer grandes destrozos en la casa.
Con respecto a los cuidados, bastará con cepillarle a menudo para evitar problemas en la piel. También tienes que saber que esta raza de perro tiene algunas enfermedades hereditarias como la displasia de cadera, atrofia de retina y sordera.
Imágenes/Flickr: ragesoss, WLH, jimbomack66.